Incluso la muerte miente

Acabo de conocer al inspector Monfort con Incluso la muerte miente, la quinta entrega de las peripecias de este policía escrita por Julio César Cano. He visto una trama inteligente, llena de matices que enriquecen la historia y dejan ganas de recuperar sus novelas anteriores para su lectura porque intuyo por lo visto en esta que puedo disfrutarlas.

Reconozco que al principio me perdí, no sabía muy bien donde quería llevarme Julio Cano. Un piromano, tres amigos con un bagaje social de auténticos perdedores, un asesinato en una discoteca y cierto componente dramático y atormentado en cada uno de los personajes que desfilan por el escenario de estas páginas. Un puzzle que a medida que iba componiendo me vislumbraba la realidad a la que me dirigía. Comprendí que se trataba de una trama compleja y ambiciosa que se hacía esperar, pero que merecía la pena llegar a su final porque se disfruta mucho cuando todo se resuelve con un doble giro con tirabuzón final con redoble de tambores y aplauso final.

Mención especial para el grupo policial, un elenco que literalmente se comen la escena cada vez que entran en acción. Tan distintos, pero tan necesarios sus roles para darles ese equilibrio que hace que lo que le falta a uno, se compense con las peculiaridades de los otros.

No se puede hablar mucho de la novela porque es de las que mientras menos cuentes más sorprenden, pero decir que el acoso escolar, la amistad y la venganza son temas muy presentes y que el escritor sabe sacarles punta para que el lector reflexione sobre ellos. Os advierto hay un personaje que nada más que por conocerlo merece la pena leer la novela y hasta aquí os puedo contar de él.
No puedo dejar pasar un detalle muy importante en la novela. Muchos autores tienden a incluir una banda sonora en sus novelas, es algo que ya no es tan peculiar, pero si tengo que decir que en esta novela los temas están elegidos con muy buen tino para que casen con la escena. Creo que es donde la novela donde más he disfrutado con la elección de las canciones porque me ha parecido un recurso con mucha naturalidad.
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Vuelve el inspector Monfort en esta quinta entrega de sus casos que son ya un referente en la ciudad de Castellón. A pesar de ser el quinto libro de la saga Monfort puede leerse sin problema de manera independiente ya que las referencias a personajes o situaciones anteriores están hábilmente relatados.

Un caso duro y complicado que en este caso traerá a las páginas la historia de un pirómano y en las que iremos conociendo su historia mientras el inspector Monfort tendrá que averiguar qué relación existe entre las personas que están apareciendo calcinadas y un grupo de tres amigos de juventud que se reúnen después de varios años distanciados.

Como siempre la gastronomía y los buenos vinos, los lugares emblemáticos de Castellón, la ciudad convertida casi en un personaje más, y las tradiciones que se cuelan en las novelas de Julio César, suponen un plus que complementan una trama interesante y llena de giros en los que no falta el misterio, mentiras, verdades a medias y como siempre temas sociales de actualidad: acoso escolar, venganza, soledad…

Una trama interesante y bien elaborada que cuenta también como punto fuerte esa capacidad del autor para dotar a los personajes de realidad y sobre todo de calidez humana, dándoles a todos su propio espacio en el que ser creíbles. Todo ello hace que desde el principio, con un inicio interesante, y durante el resto de capítulos, hasta esas últimas páginas en las que todo encaja, no decaiga el interés por conocer como acaba todo.
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