- Las palabras no me interesan - respondió Mölck, todavía mosqueado -. Las personas no dicen nada más que tonterías. Prefiero oír sus instrumentos.
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- Las palabras no me interesan - respondió Mölck, todavía mosqueado -. Las personas no dicen nada más que tonterías. Prefiero oír sus instrumentos.
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Los designios del destino son impresionantes. Imprevisibles. Y un poco idiotas. Son tan caóticos que nos obligan a bailar sin sabernos previamente los pasos. Pero tal vez ahí se encuentre la belleza, en el placer de improvisar. En dejar fluir las notas. Huir del miedo. Ignorar el ritmo del diapasón.
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No se si […] las señales son absurdas o si por el contrario todo sigue un orden cósmico inexplicable. Lo único que se es que sucede y todos formamos parte de ese caos establecido. Porque estamos conectados. Ya que sea por la familia, el azar o el destino, todo eso que nos une sabe encontrar, tarde o temprano su atajo |
Gregorio Samsa es un ...