Yo soy quien soy. Vuelva el aire los repetidos acentos que llevó; porque aun perdidos, no es bien que publiquen ellos lo que yo debo callar, porque ya, con más acuerdo, ni para sentir soy mía; y solamente me huelgo de tener hoy que sentir, por tener en mis deseos que vencer; pues no hay virtud sin experiencia. Perfeto está el oro en el crisol, el imán en el acero, el diamante en el diamante, los metales en el fuego; y así mi honor en sí mismo se acrisola, cuando llego a vencerme, pues no fuera sin experiencias perfecto. ¡Piedad, divinos cielos! ¡Viva callando, pues callando muero! |