Notas para Grace

—¿Qué finges ser?
Tragué saliva y me encogí de hombros.
—Perfecta.
—Sé lo que es eso —dijo en voz baja, algo intranquilo—. Fingir ser algo que no eres.
Poco a poco empezaba a abrirse.
«No te cierres otra vez, por favor».
—¿Qué finges? —pregunté.
—Estar enfadado.
—¿Y cómo estás en realidad?
—Perdido —confesó, y sus palabras resonaron en lo más profundo de mi alma.

“Fuimos creados para sentir, Grace. A veces, esos sentimientos llegan desordenados. Es increíble cómo somos capaces de sentir amor un segundo y odio al siguiente. Nada de lo que sientes está mal.”

Tenía que verme sufrir y debía recordarme a mí misma que ya no era el hombre que me consolaría.

Al parecer, el autodescubrimiento duraba toda la vida. Nunca dejábamos de crecer ni de descubrir cosas nuevas.

Aún cuando el mundo era oscuro, las palabras de los libros seguían ahí. Así sabía que siempre habría luz, incluso en los peores días.

- Tendrás que decepcionar a algunas personas si quieres encontrarte a ti misma.
- ¿Merece la pena?
- Sí. Siempre merece la pena y aquellos que te quieran de verdad seguirán a tu lado. Los que no, no se merecían estar en tu vida.

A veces, lo único que necesitamos es que alguien nos escuche para calmar nuestros corazones.

No sabía que el caos pudiera ser bonito.

- Lloras por alguien que seguramente no vale la pena.
- ¿Y cómo lo sabes?.
- Porque estás llorando. La gente no llora por alguien que le hace feliz.

Supongo que, tras marcharte la primera vez, las siguientes son cada vez más sencillas.