La gravedad que nos atrae (Serie de los Elementos 4)

Es una preciosidad de historia, llena de ternura y dolor, capaz de hacer saltar las lágrimas al mismo tiempo que te endulza el corazón. Los protagonistas son polos opuestos, pero curiosamente se complementan.

Graham es un hombre para el que las palabras lo significan todo. En el reino de las palabras, reside su alma misma. Sin embargo, huye de los sentimientos como si fueran ácido y su relación con el prójimo es cortante, mecánica y carente de afecto. Por el contrario, Lucy es la calidez personificada. Abierta, libre, espiritual, rezuma dulzura y comprensión, que este hombre herido le suscita a puñados a pesar de su coraza de púas hirientes.

La novela comienza con una sombra mortífera que te encoge las entrañas, y no es la única pues otro drama descomunal se esconde en los recuerdos de un pasado que aparecen diseminados en los capítulos en flash-back. Ese primer capítulo refleja también la fortaleza que une a Lucy y su hermana Mari, sus sueños de alegría y color floreciendo en el negocio al que dedican sus días y esfuerzos. de una forma fortuita, Lucy cruza su destino algo hippy con la figura célebre, hermética y casi endiosada de un escritor de suspense. Y se obra la magia.

Discordante y peleona, la relación entre ellos crece a base de que ella empuje los escudos emocionales de él con el ímpetu de su optimismo y su naturaleza cándida de cuidadora. Me han embelesado los diálogos rápidos, sinceros, humorísticos. Tan cargados de verdades dolorosas. La autora es la reina de la bella tragedia y enfrenta a sus personajes a toda la fealdad que llevan dentro, pero también los restaña con amores infinitos e incondicionales. Lucy nunca se amilana, lo que enseña al frío corazón de Graham a replantearse sus obsesiones.

Me ha enganchado la razón por la que los dos están en contacto el tiempo suficiente para que desarrollen un vínculo tan real y hermoso. Es una razón que abarca tanta emoción. Además, hay otros personajes que son maravillosos y aportan muchísimo amor adicional.

Es una paradoja que pueda sentirme identificada con el carácter de ambos: la esperanza de ella en descubrir luz en todas las personas y la dureza granítica de él ante cualquier confianza en los demás. Mientras ella es un géiser de emociones, él parece vacío como una fosa marina. En bucear esa sima se halla un viaje inolvidable de sentimientos. Y las emociones empiezan a desbordarse como un maremoto. La autora es la clase de artista que toma la tragedia y la convierte en un dolor agridulce que te atrapa, te emociona, te electrifica los sentimientos por muy dormidos que los tengas y transforma ese dolor en una experiencia de aprendizaje, comunión y ternura trascendente.

Graham y Lucy viven un enamoramiento platónico de una belleza deslumbrante. Se conocen de verdad, se iluminan y apoyan mutuamente, compartiendo pérdidas que cobran un significado aún más amoroso e intenso. ¡Hay personas en esta historia que parecen demonios urbanos! Incluso los buenos se tuercen un rato. Aunque el profesor es todo un osito de peluche ;o)

Esta novela nos enseña una difícil lección: que seamos como el sol. No importa lo fría y desolada que haya sido la noche, cada día se levanta y vuelve a arder.

A pesar de ser más corta que sus novelas anteriores, la autora ha creado un romance eterno. Es la mejor conclusión para la serie de los cuatro elementos, los cuales se manifiestan en este libro de una forma mágica. La narración brilla con instantes de humor, como el fantástico momento Tinder, y late con muchísimo amor a los amigos y la familia, con esperanza, con un pequeño pero brutalmente conmovedor asomo de sensualidad, y con una sensación de plenitud cuando se termina la lectura que es pura felicidad.
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La gravedad que nos atrae es el cuarto libro de la serie Los Elementos, y el último publicado de la autora en España. Es un libro que tenía apuntado y al que le tenía muchas ganas, ya que todos los libros que he leído de la autora me han encantado y robado el corazón; no obstante, si bien me ha gustado, me ha parecido el más flojo de los cuatro que forman la tetralogía hasta el momento.

Brittainy tiene una pluma que siempre me ha gustado, aunque me haya hecho sufrir decenas de veces gracias a ella; me parece una autora interesante que sabe cómo transmitir emociones a través de las páginas de sus libros. Sin embargo, por una razón u otra me ha costado mucho más engancharme a este libro que a los anteriores; también está el hecho de que este es el libro más corto de la serie.

En resumen, La gravedad que nos atrae es un libro que me ha gustado aunque haya otro mejores; lo que más me ha chocado ha sido que en esta entrega no hay tanto drama como en las anteriores, algo que me ha gustado pero a la vez me ha sorprendido e incluso, en algunas ocasiones, echado en falta. Si has leído algún otro libro de la autora y te ha gustado, este no te va a decepcionar ni mucho menos, al igual que si te gustan las relaciones de amor que se cuecen a fuego lento.
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