Sintió como si se hubiese cerrado su pasado tan herméticamente como se cierra después de nacer la puerta de la nada por la que se entra en la vida.
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Sintió como si se hubiese cerrado su pasado tan herméticamente como se cierra después de nacer la puerta de la nada por la que se entra en la vida.
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No podía mirar de frente por estar hecho de refilón, porque era todo él filo, y andaba de perfil, de filo, como intimidado y torcido por el aire que movían las gentes que le cogían de frente
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Bernardo entraba en todas partes, y después se lo contaba a ella para obligarla a admirar lo que en el fondo le repugnaba. Él no buscaba más que la apariencia brillante de las cosas. A veces la brillantez lo deslumbraba y le hacía caer ofuscado la credulidad de creerse digno de los homenajes y las consideraciones, y así adquiría mayor seguridad, mayor cinismo para fingir con un aplomo casi sincero.
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En el pueblo los hombres lo disponían todo; ellos eran los que tenían siempre razón. Las mujeres habían de cuidarlos y servirlos; la ropa de ellos habría de estar pronta y planchada, aunque ellas estuviesen medio desnudas. El bocado preferido en la mesa era para el hombre; este no podía esperar ni ser discutido. Podía salir, divertirse, cometer infidelidades.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises