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Crítica de MisLecturas


MisLecturas
24 February 2022
Lo contenta que se pone una cuando descubre que está a punto de publicarse la nueva entrega de una de las serie que sigue, porque las novelas anteriores cumplieron con las expectativas que me planteé antes de iniciar sus lecturas. Hoy os traigo mis impresiones sobre "Aguas oscuras", el tercer volumen de la serie que tiene como protagonista a la inspectora jefe de la policía metropolitana de Londres, Erika Foster. Un thriller autoconclusivo que se puede leer independientemente del resto, aunque yo no os lo aconsejo porque os vais a perder ciertos matices en la relación entre sus personajes principales y la evolución de su protagonista.
"Aguas oscuras" abre su argumento con un inquietante prólogo fechado en 1990 que dejará al lector intrigado y casi sin aliento. Durante una fría noche de finales de otoño, un hombre de avanzada edad será testigo de un acontecimiento que marcará su vida para siempre. Poco más os puedo contar porque inmediatamente el autor nos situará en la actualidad, concretamente en una gélida tarde otoñal de 2016. La inspectora jefe Erika Foster está a la espera de que la unidad de submarinismo de la Policía Metropolitana termine de escanear las profundidades de un lago, que se ha formado con el tiempo, en una cantera abandonada. Han recibido, de manera confidencial, información de que allí abajo hay diez kilos de heroína metidos en un contenedor impermeable. Los buzos de la policía recuperan el alijo, pero también encuentran un fardo de pequeño tamaño envuelto en plástico y cargado de cadenas que contiene el esqueleto de un niño. Tras el pertinente análisis forense, se certifica la identidad de la víctima: Jessica Collins, una niña de tan solo siete años que desapareció hace algo más de dos décadas y media…
En este tercer volumen de la serie, Erika Foster ha cambiado de departamento policial. Hace tres meses que pidió voluntariamente el traslado a otra comisaría, concretamente al equipo de la Unidad del Crimen Organizado y Económico, que se encargan de los delitos relacionados con narcóticos y el tráfico de armas. Nuestra protagonista aún está intentando ubicarse y adaptarse a su destino, aunque echa de menos el trabajo en su antiguo equipo de Investigación Criminal y por eso persuadirá a su superior para que toque los hilos necesarios y la ponga al frente de este caso, a pesar de que está fuera de sus competencias. Un crimen mediático cometido veintiséis años atrás en el que se cometieron demasiados errores y que Erika piensa subsanar con la ayuda de dos de sus ex colegas de homicidios: Moss y Peterson.
En esta novela nos reencontramos con una Erika Foster que continúa afectada por la pérdida de su marido Mark, fallecido dos años y medio antes durante una redada contra el narcotráfico. La pena y la culpa la desgarran y se encuentran arraigadas en su interior, formando parte de ella, aunque está aprendiendo a convivir con ese dolor como si se tratase de un compañero fiel, y poco a poco seremos testigos de cómo con el tiempo el recuerdo de su marido se ha ido atenuando, aunque no llegara a desvanecerse del todo. Erika es una mujer brillante, decidida y tenaz, y parece que empieza a percibir algo de luz al final del túnel, aunque continúa aferrada a lo único que le hace estar viva y le impide caer en una espiral de autodestrucción: su trabajo, al que se entrega en cuerpo y alma. Estamos ante una protagonista algo más madura y tan brillantemente defectuosa que no podremos evitar empatizar con ella. En cuanto al resto de personajes secundarios, todos son en mayor o menor medida indispensables en el desarrollo de la trama y están escuetamente perfilados.
Su intensa trama cuenta con la intriga adecuada para este género literario y está narrada sin artificios con una prosa limpia y sencilla, abundancia de diálogos y predominio de un ritmo marcado que no dará tregua a lo largo de sus ochenta capítulos de corta extensión y con descripciones muy visuales. de la mano de un narrador omnisciente, que asume la voz del relato, nos adentraremos en una historia de llena de culpa en la que Robert Bryndza mantiene sus cartas ocultas e irá diseminando pistas aquí y allá, añadiendo una serie de giros argumentales, alguno más predecible que otros, que garantizan el suspense y que el lector sienta en propia piel la frustración y se vea inmerso en el fango, aferrado a la esperanza de que pueda haber justicia para la víctima.
Sintetizando: "Aguas oscuras" es el tercer volumen de una serie que comenzó con "Te veré bajo el hielo" y a la que siguió "Una sombra en la oscuridad". Está protagonizada por Erika Foster, una policía de origen eslovaco y de fuerte carácter que, por iniciativa propia, se pondrá al frente de la investigación de un caso complicado y ocurrido hace veintiséis años que sacara a la luz una serie de tortuosos temas y un oscuro secreto. Una novela de suspense e intriga, de narración fluida y entretenida lectura, con un ritmo constante que se precipita conforme nos acercamos al desenlace de la historia. Algo se está gestando a fuego lento y comenzará a salir a la luz de manera dosificada para acabar encajando con precisión como piezas del complejo rompecabezas, haciéndote anhelar la siguiente entrega de la serie.

Enlace: https://www.mislecturas.es/2..
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