Origen

Ha querido la casualidad (ayudada un poquito) que en el día de San Juan ( felicidades!!!) hiciera la reseña de este libro y así tenemos algo para quemar.

Me gusta Dan Brown, es de los que me ha entretenido casi siempre, en especial con sus descripciones de ciudades y arte.

Pero el señor marrón en Origen no ha estado nada fino, siendo esta, la peor obra de su repertorio.

Lo único que puedo rescatar es la parte del museo Guggenheim (y eso que a mi el arte moderno, me da más pereza que Umberto Eco) y algo de Gaudí.
Lo demás, un despoprosito.

Para empezar la novela carece del ritmo habitual del autor, y la trama está enlazada con calzador o lo que viene a ser lo mismo, una tortuga con reuma y corsé.

Además, marroncín (nada que ver con aquel cantante de doradas lluvias) va pisando charco tras charco, dejándolo todo perdido a su paso.

Los reyes de España, don Daniel, no tienen ningún poder político ni judicial, por ahí ya va usted mal, Franco y la iglesia, afortunadamente tampoco y este bendito pais, con sus cosas, es mucho más moderno de lo que plantea, pero sigamos con la empanada mental.

¿Es necesario, por mucha ficción, que plantee un rey de España viudo, enfermo de cáncer, con un único hijo, inexperto y romántico? ¿Es necesario que el príncipe (hoy rey) ponga rodilla en tierra y se declare a la novieta en televisión? ¡¡Pero qué tipo de algarroba te has fumado Dani!!

Si hablas de una sociedad actual, en un contexto actual, inventa lo que quieras, pero no ridiculices a un país, que ya sabe tocar por el mismo muy bien la pandereta. Uno no es monárquico, pero retrasado mental tampoco.

La novela es un quiero y ni sé, ni puedo, que trata de reflejar el avance de la ciencia y su continuo enfrentamiento con la religión, nada nuevo.

Mal escrito, mal documentado y mal ejecutado Brown, se vuelve marrón clarito tratando de quedar bien con todo el mundo y al final más que haber escrito un libro, ha tenido una colitis severa.

4 obras de arte en Bilbao, dos en Barcelona y un par de datos de la Wikipedia sobre la iglesia Palmariana y a vender.

Ya que la trama del libro versa, además, de adonde vamos y de donde venimos, yo no puedo asegurar de que momento febril vino la ejecución de la novela, pero ir, va a la hoguera.

Sin duda, un texto escrito con el sobaco.