Como era en un principio

Como un ‘domestic noir' a la española describe el texto de la faja esta ‘Como era en un principio' ; pero esta novela es mucho más.

Desde el primer capítulo -corto, descontextualizado, como cogido al vuelo en una conversación escuchada a hurtadillas-, un reloj (carísimo) se convierte en el protagonista absoluto de esta historia. Un reloj que, no desvelo nada que no esté en la sinopsis, desaparece (robado o perdido) y muchos años después es devuelto por un desconocido que, con este simple gesto, pone patas arriba la vida de todos los que rodearon su desaparición. Se convierte así en una aguja cuya presencia -o, mejor, su ausencia- hilvana la vida de los personajes, los ensarta en un mismo hilo y los une para siempre.

Tirar de ese hilo será el objetivo principal de esta historia, ir deshaciendo costuras hasta llegar a ese principio que da título a la novela y resuelve el enigma. Pero, de nuevo, este libro no es solo un misterio en torno a un reloj; es mucho más.

El reloj es una excusa. Lo que podría haber sido un argumento simple, ramplón, de primero de Agatha Christie, Daniel Blanco lo convierte en un recorrido por la vida íntima de toda una generación, por sus afectos, sus ambiciones, sus lastres, sus expectativas, su vida pública, sus secretos más inconfesables... Dibuja con precisión la anatomía de una familia en la que cabe España entera y luego la destripa para dejar a la vista lo feo que se esconde bajo la piel tan bella, el hedor que emana de sus interioridades. El retrato es despiadado, pero está tan bien trazado, tiene tanta verdad que uno no puede dejar de sentir cariño por unos personajes que, a la postre, son como cualquiera de nosotros: llenos de fortalezas y de debilidades, dignos por momentos de desprecio, de admiración o de compasión. Leer ‘Como era en un principio' es como entrar a formar parte de una familia de adopción -en poco tiempo uno siente que los conoce de toda la vida-; pero, sí, efectivamente, también es mucho más.

¡Y es que Daniel Blanco escribe tan bien! Va un tópico -con la venia, Señoría-: el lenguaje es el auténtico gran protagonista de la novela. Me lo van a permitir porque resulta que, en este caso, es absolutamente verdad. Daniel Blanco es andaluz, del occidente andaluz, de la parte de Huelva, de un pueblo, de Moguer nada más y nada menos, y eso se nota. Se nota para bien. Leyéndole uno puede imaginárselo de pequeño sentado a la mesa de los mayores con los ojos muy grandes y las orejas bien abiertas a las conversaciones, a los giros, las expresiones, a las metáforas populares y espontáneas, empapándose de todo eso para convertirlo en la base de su universo literario. En el mundo de Daniel lo que ocurre importa, pero importa más cómo él nos lo cuenta y, sobre todo, cómo lo cuentan sus personajes. La huida de un castellano neutro, plano, desnaturalizado es tan grande que alcanza incluso al narrador omnisciente, que, de cuando en cuando, también se deja arrastrar por el habla rico y luminoso de sus protagonistas.

Daniel escribe en andaluz, pero en un andaluz de altura, alejado de clichés forzados, un andaluz con el que un servidor, que también es andaluz, se siente cómodo porque es tan rico en matices, tan ingenioso, tan fértil como el verdadero, el real. Recuerda en esto a la mejor literatura hispanoamericana, la que se olvidó de los complejos y, con Cervantes como modelo, recogió el espectro entero del español, de lo culto a lo más vulgar, de lo universal a lo local, y lo utilizó sin miedos para alumbrar una época dorada.

Entren en esta novela, lean ‘Como era en un principio'. Esto es lo que yo he visto, pero, estoy convencido, ustedes verán mucho mucho más.

Solo un último apunte, el giro, el tirabuzón final no te lo ves venir ni con gafas de lejos.

A ver, yo con los libros de mi amigo Dani no puedo ser muy objetiva :joy: Pero lo intentaré. Aunque he de decir que este libro también me ha gustado un montón y que me ha mantenido enganchada hasta el final. Nunca mejor dicho la trama de este libro es toda una novela de misterio y secretos, pero de esos de los que esconden todas las familias. Porque en todas (ya os digo que no se salva ni la mía) hay secretos, discusiones, tomaduras de pelo, movidas de las de estar toda la tarde contando en la sobremesa de un domingo... Este libro nos cuenta la historia de Adela, una señora que está a punto de jubilarse y que hace unos 30 años perdió un reloj ¡de los muy caros! y que ahora le han devuelto en un paquete en su trabajo. Tiene una hija, Virginia, que va a intentar descubrir la historia de este reloj, el por qué desapareció y el por qué de la devolución a su dueña. Pero, ¿estáis seguros de querer descubrir los secretos que guarda vuestra familia?. En este "domestic noir" que nos presenta Daniel, vamos a ir conociendo los entresijos que han llevado a que Adela tenga devuelta ese reloj, a como ha cambiado desde que lo tuvo y lo perdió y cómo la ha afectado volver a tenerlo en sus manos. También vamos a conocer la forma de ser de su hija Virginia, los motivos por los que quiere investigar el tema del reloj y todos esos secretos que oculta. A veces te haces la pregunta de ¿es mejor sacar a la luz los secretos de familia o que permanezcan bien escondidos como estaban? Ha habido momentos en los que he querido entrar en el libro y dar un cogotazo a Virginia y en otros en los que he sentido pena por ella. Tiene una hermana mayor que es la preferida de su madre y ha sido uno de los pocos personajes que no me han caído nada bien. Pero los motivos los podéis descubrir leyéndolo. Su escritura es ágil, fresca y como le dijo al autor en ciertos momentos me he echado unas risas con ciertas situaciones de pueblo :joy:
Y otra de las cosas que más me han gustado (y que veo en otras de mis autoras favoritas) es la función de alternar capítulos del pasado con capítulos del presente. Me gusta saber que ocurrió en el pasado, que han sido las consecuencias del presente. Todo se me ha hecho muy ameno y he empatizado mucho con la historia. Los personajes tienen muy bien definido su forma de ser y su carácter y el motivo de por qué están en esta historia. de verdad que os recomiendo la historia, no solo porque la haya escrito un muy buen amigo, sino porque seguro que os gustan estas historias y que os recordarán a los chismes que se comentan siempre en los pueblos.

Una interesante y original novela de misterio, de intrigas familiares. Con toques costumbristas, ambientada en la España de provincias y la España rural. Con unos personajes muy bien trazados, especialmente Virginia, la "investigadora" improvisada en que se convierte la hija de Adela, la protagonista. Escrito con diálogos bastante ágiles, a veces con cierto humor negro e ironía, va desgranando poco a poco la historia de una familia, sus luces y sus sombras, sus anhelos y envidias... Aunque al principio cuesta un poco coger el ritmo (en mi opinión, la verdadera intriga tarda un poco en empezar), luego la historia está bien dosificada, narrada con frescura y naturalidad, midiendo bien la información que va aportando al lector.
Siendo una novela bastante larga (más de 500 páginas), su lectura es amena, despierta intriga y suscita preguntas sobre la vida oculta que hay en todas las familias. ¡Un "domestic noir" muy recomendable!