España, 1938. Consuelito de cuatro años, sus tres hermanos y su madre están escondidos debajo de la cama. Con la Guerra Civil, la lluvia de bombas no para y Consuelito se asusta mucho, por lo que sale corriendo de la habitación. Toda su familia va corriendo tras ella y, en el mismo momento en que salen de la casa, una bomba cae justo en ese lugar donde antes estaban. La madre, creyendo un milagro, comienza a percibir en su hija la santidad. Desde entonces, Consuelito será educada y tratada como una niña santa. La protagonista es Consuelito, una niña de familia bastante acomodada. Ella vive con sus hermanos, su madre, ya viuda, y una criada, llamada Agustina. Tras el acontecimiento de 1938 es obligada por su madre a vestir con una túnica blanca, siendo educada en el cristianismo más puro. Esto hace que sea apartada del resto de nuños y no tenga una infancia normal y corriente. Finalmente a los 14 ingresa como monja en un convento. Me ha gustado mucho Agustina, es como la segunda madre y la que le da el amor que necesita a la niña. Este libro tiene una ambientación en una época de España bastante oscura y cerrada. El autor describe muy bien cómo eran las costumbres de los pueblos, cómo convivían entre ellos, cómo la vida privada era pública en los pueblos, y cómo vivían la religión y la fuerte unión que tenían con la iglesia. También veremos el papel tan importante que tenía el cura del lugar, donde su opinión y su decreto era prácticamente ley. La prosa del autor es bastante sencilla y muy amena. Hay un buen equilibrio entre narración y diálogos, lo que lo hace aún más entretenido. Si algo destaca de la prosa es que transmite mucho sentimientos, es una lectura pasional y totalmente emotiva. al mismo tiempo enseña cómo era la vida en aquellos tiempos y, por si fuera poco, está basado en una historia real. El ritmo también es excelente, haciendo que el lector recorra sus páginas y acabe el libro sin percatarse de ello. + Leer más |