Hay días que ni siquiera son oscuros días en que pierdo el rastro de mi pena y resuelvo las palabras cruzadas con una rabia hecha para otra ocasión digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.
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Hay días que ni siquiera son oscuros días en que pierdo el rastro de mi pena y resuelvo las palabras cruzadas con una rabia hecha para otra ocasión digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.
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...El amor es uno de los elementos emblemáticos de la vida. Breve o extendido, espontáneo o minuciosamente construido, es de cualquier manera un apogeo en las relaciones humanas. Curiosamente, hasta en su controvertida obra, Schopenhauer no puede evitar una constancia esperanzada: "El amor es la compensación de la muerte; su correlativo esencial". Lo rescaté como epígrafe para esta antología...
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Ahora sólo existe el anhelo desnudo, el sol que se desprende de sus nubes de llanto, tu rostro que se interna noche adentro hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.
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El amor es la compensación de la muerte; su correlativo esencial.
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Si tu bendita soledad se funde con la mía ya no sabré si soy en vos o vos terminas siéndome. |
La culpa es de uno cuando no enamora, y no de los pretextos ni del tiempo.
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Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo.
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Eras sí pero ahora suenas un poco a mí. Era sí pero ahora vengo un poco de ti.
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“La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.”