Leer de nuevo a Elísabet Benavent me ha encantado. Pasar sus páginas es como una balsa de agua en la que solo existen sus palabras. He pasado bastantes días junto a los personajes Cata y Mikel. Dos personajes que no se parecían a ninguno de los anteriores, una actriz que no encuentra su oportunidad y un artista que está faltó de inspiración. Pero voy a empezar hablando de Cata. Debo deciros que desde un principio me cautivó su naturalidad y su papel en la trama convenza siendo un poco inverosímil pero único. Con Mikel sin embargo, no empecé bien pero me acabé enamorando un poco de él. Es un personaje coherente y consecuente, a veces demasiado por lo que pude sentirme identificada a veces desde el otro lado. En este caso Elísabet se adentra en el mundo del arte, un mundo algo desconocido para mí. También me han gustado los personajes secundarios, sobre todo las compañeras de piso de la protagonista. |