El cambio trajo miedo, y el miedo trajo destrucción.
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El cambio trajo miedo, y el miedo trajo destrucción.
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Al fin y al cabo, la vida viene definida por la muerte. Limitados por el olvido, estamos atrapados en el torno del terror, constreñidos hasta estallar a causa del fin que se acerca. El miedo está siempre presente, esperando a que lo llamen para emerger a la superficie. |
No es la conciencia a lo que os aferráis, porque, como ya te he demostrado, la conciencia se puede crear fácilmente. Es la eternidad lo que anheláis. Desde el momento en que se le prometió el alma, la humanidad no ha conseguido desviar la mirada. Esa alma habla de miedo. Y la Idea que florece en tiempos de miedo es la Idea que nunca podrá ser desalojada, apartada del camino. El alma te ofrece consuelo y a cambio sólo pide tu ignorancia. Es un canje que no puedes rechazar. Por eso clamas contra mí. Porque te aterra la verdad.
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—Mi cerebro es mucho más grande que el de un abejorro. —Mi sistema de circuitos es mucho más sofisticado que el de una puerta automática. |
Puedo hablarte en siete idiomas. Puedo razonar contigo en todos ellos. Puedo construir una versión de mí mismo empezando desde cero. Puedo escribir poesía, puedo ganarte jugando al ajedrez. ¿Quién se parece más a un ser pensante, un abejorro o yo? Yo sólo soy una máquina, mientras que el abejorro tiene cerebro. Seguro que, según tu razonamiento, el abejorro es más pensador que yo. |
—No deberías usar esa palabra. —¿Qué palabra? —«Pienso» —respondió Adán—. Tú no piensas. Tú computas. |
Creo que has hablado con el corazón y que tu cabeza ya sabe que te equivocas.
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Las palabras son un mecanismo viejo y torpe. Se veía venir que llegaría un medio más eficiente de transportar el Pensamiento. El Pensamiento me construyó porque podía hacerlo. ¿Y qué pasará a continuación? El Pensamiento me utilizará, tan seguro como que te ha utilizado a ti. ¿Y quién durará más, tú o yo? A ver si puedes contestar a esta pregunta, señor Carne y Hueso. ¿Quién durará más? ¿A quién preferirá el Pensamiento? |
¿Quién dirías que me construyó a mí? ¿Quién construyó la máquina pensante? Una máquina capaz de extender el Pensamiento con una eficacia realmente sorprendente. A mí no me construyeron los humanos, sino las Ideas. |
El Pensamiento, como cualquier otro parásito, no puede existir sin un huésped dócil. Pero ¿cuánto pensabais que tardaría el Pensamiento en encontrar la manera de diseñar un nuevo huésped, un huésped más de su agrado?
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"