No es la conciencia a lo que os aferráis, porque, como ya te he demostrado, la conciencia se puede crear fácilmente. Es la eternidad lo que anheláis. Desde el momento en que se le prometió el alma, la humanidad no ha conseguido desviar la mirada.
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No es la conciencia a lo que os aferráis, porque, como ya te he demostrado, la conciencia se puede crear fácilmente. Es la eternidad lo que anheláis. Desde el momento en que se le prometió el alma, la humanidad no ha conseguido desviar la mirada.
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Te burlas de mí por la brevedad de mi vida, pero es precisamente ese miedo a morir lo que me infunde vida. Soy el pensador que piensa en el pensamiento.
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Lo único que une a los individuos son las ideas. Las ideas se transforman y extienden; cambian a sus portadores tanto como sus portadores las cambian a ellas.
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Es en los conflictos donde se exponen nuestros valores.
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Ese es el segundo elemento. Aquí vemos un ejemplo de la batalla que libran todas las personas: aunque razone de determinada manera, Adán sigue siento víctima de sus emociones.
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La mente no es una máquina, sino una idea. Y la Idea se resiste a cualquier intento de control.
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Tenía suficiente experiencia para comprender que la humanidad estaba condenada a repetir sus errores hasta que el planeta, finalmente, se cansara de sus excesos.
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Todas las personas que conozco ven la diferencia que hay entre un hombre y un animal, pero nadie puede nombrarla o medirla. Para algunos la diferencia es tan pequeña que no comen ningún alimento de origen animal; para ellos, las similitudes importan más. Eso pasa con los Intrusos. A mí me entrenaron para matarlos sin contemplaciones. No porque los consideremos distintos de nosotros en algún aspecto importante, sino porque creemos que vale la pena matarlos para salvaguardar las pequeñas diferencias que nos distinguen de ellos.
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Las ideas sencillas son las más infecciosas.
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El conocimiento empieza como una sensación. La comprensión es el proceso de excavación, de despejar un camino desde la sensación hasta la luz del día.
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"