No necesito tu ayuda — digo, en voz alta, antes de ponerme a trabajar de nuevo. La grulla se queda sobre el alféizar, y estira su cuello largo hacia adelante con dulzura. Ladea la cabeza. Su ojo negro parece un pozo de tinta. Un agujero sin fondo. Es una supernova hecha de densidad y hambre y una gravedad imparable que atrae todo lo que puede hacia su centro. Para desatarlo, para deshacer cada puntada y volverlo irreconocible. ¿Cómo se sobrevive a un amor así?
|