El hombre grulla

No necesito tu ayuda — digo, en voz alta, antes de ponerme a trabajar de nuevo. La grulla se queda sobre el alféizar, y estira su cuello largo hacia adelante con dulzura. Ladea la cabeza. Su ojo negro parece un pozo de tinta. Un agujero sin fondo. Es una supernova hecha de densidad y hambre y una gravedad imparable que atrae todo lo que puede hacia su centro. Para desatarlo, para deshacer cada puntada y volverlo irreconocible. ¿Cómo se sobrevive a un amor así?

Es algo muy triste esto del amor verdadero -me dijo mi madre una vez—. Las ovejas nunca dejan de quererme, y es por eso que puedo causarles dolor. El amor es el camino que ofrece menos resistencia, ¿entiendes? Cuesta muchísimo más trabajo hacerle daño a alguien que no confia en ti o que te tiene miedo. O que te odia. El amor hace que se abran las puertas y que puedan pasar toda una serie de horrores