Este libro es simplemente brutal, el ritmo va in crescendo según avanzas, los acontecimientos continúan donde se quedaron en La quinta víctima, es un detalle a agradecer por parte del autor que se recuerden hechos ocurridos en su anterior libro para refrescarnos la memoria. El libro tiene diversos giros que te sorprenden y te hacen dudar de todo y de todos, pero para mí lo más sorprendente llega en los últimos capítulos, con unas revelaciones sorprendentes que nunca habría imaginado. Este libro es esl broche de oro perfecto para cerrar esta gran trilogía. No tiene desperdicio. |