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Crítica de Lawerson


Lawerson
29 January 2019
Hace dos años, empecé mi aventura por el mundo Grisha. Ni siquiera me acuerdo cómo llegó hasta mí el primer libro, pero supe que estaba totalmente perdida en su historia nada más acabarlo. Ha pasado bastante tiempo desde que terminé la trilogía por primera vez hasta que he podido disfrutar de nuevo de todo este mundo con una historia diferente y os digo, desde ya, que la reseña va a ser la más larga que haya hecho nunca en el blog. ¿El motivo? Demasiados feelings con Seis de Cuervos, sobre todo sabiendo que la trilogía Grisha es de mis preferidas y que necesitaba demasiado este libro. Pero antes de empezar de llno con la reseña, tengo que deciros dos cosas: la primera, no esperaba una trama como la que me he encontrado en este spin-off. Estoy acostumbrada al mundo Ravkano y a los Grisha y cambiar totalmente de aires me ha alucinado y encantado. La segunda cosa es que voy a intentar contenerme para no dejaros una reseña demasiado fangirl. al menos lo voy a intentar.

Seis de Cuervos es ese libro por el que merece la pena estar esperando dos años si hace falta, un libro que te deja con la boca abierta, que te atrapa desde sus primeros capítulos y te cautiva como ninguno gracias a sus perfectos personajes y a las maravillas que hace Bardugo con su imaginación y su narración. A diferencia de como está contada la trilogía Grisha, Seis de Cuervos cambia completamente el esquema que hasta ahora había seguido la autora y nos cuenta la historia desde tercera persona, saltando entre los diferentes personajes que van a protagonizar esta primera parte. Hace poco me he releído la trilogía principal y la tengo fresca como para deciros que Sombra y Hueso es un libro muy ágil, tanto, que en unos minutos te puedes haber leído ya unas cien páginas sin problemas. Seis de Cuervos cambia también de formato y Bardugo hace los capítulos más densos y extensos, profundizando a la perfección en cada cosa que quiere decir y cada personaje que quiere presentar. Se nota muchísimo que en Seis de Cuervos la autora quería centrarse más en los detalles y, sobre todo, quería hacer una historia para sus personajes, que han sido de lo mejorcito. Volviendo a la trama, no te asustes. Sé que al principio la lectura puede parecer densa y lenta, pero merece mucho la pena, te vas adaptando poco a poco, cada vez aumentas más el ritmo y llega un punto en el que prácticamente te has hecho a ella. Además, no siempre la autora va a quedarse en la profundización de los personajes, que sí que es algo recurrente a lo largo de todo el libro, pero empiezan llegar nuevas escenas, empiezas a ver la trama central y la lectura coge un ritmo trepidante que te deja con la boca abierta cada dos por tres. La razón: los planes que se realizan, las pruebas que nuestros protagonistas van a tener que pasar, el juego intelectual con el que nos vamos a rodear.

Cuando empecé Seis de Cuervos imaginaba otra historia llena de Grisha, de esa pequeña ciencia que tanto me gustaba de la trilogía principal. Pero este spin-off ha conseguido dejar atrás todo eso y dar una nueva visión y una historia donde los Grisha quedan relegados a un segundo o tercer plano. Y la verdad es que al principio estaba bastante insegura sobre si el libro iba a cumplir mis expectativas, pero es que las ha cumplido y con creces. He disfrutado cada página, he amado a cada uno de los personajes, los he comprendido, los he visto, sentido, he compartido con ellos recuerdos, experiencias, risas, llantos, dolores. Porque este libro no es uno hecho para adoptar una historia parecida a la de la trilogía Grisha, está hecha por y para los personajes. Sin ellos, es posible que el libro no hubiera funcionado de ninguna manera. Que sí, Bardugo es impecable y maravillosa escribiendo, imposible no querer todo lo que crea. Pero la joya de este libro han sido todos sus personajes y la emoción, cariño y sentimiento que la autora les ha dado. Sin ellos, esta lectura no hubiera sido tan espectacular, se hubiera quedado coja. Y he agradecido mucho que cada uno de ellos haya puesto su granito de arena para formar, al final, un libro maravilloso, completo, único y perfecto.

Una de las cosas que más me han sorprendido ha sido ese cambio de aires en la ambientación que, aunque ya os he dicho que me esperaba otra cosa diferente, me ha encantado. O sea, en la trilogía Grisha siempre estamos en Ravka rodeados de Grisha. Y en Seis de Cuervos por fin he podido conocer un reino o un país diferente que con los libros anteriores no he tenido la oportunidad de hacerlo. Me he visto rodeada de un pueblo extraño, más robusto, más distanciado, guerrero, sangriento y bárbaro. Pero todos los detalles que forman su manera de vivir y sus tradiciones las he amado de lo especiales que son. Me ha encantado navegar y caminar por otras tierras, agrandar mi visión de la ambientación. Y a pesar de que es un pueblo con el que no me he sentido a gusto por la manera de tratar las cosas, ha tenido una fuerza y una presencia brutales. Otras de las cosas que quiero destacar del libro, que ya de por sí en conjunto ha sido perfecto, son las referencias o las menciones que hay salpicadas por algunos capítulos sobre la trilogía Grisha. AY. DIOS. MÍO. No he muerto de amor porque no existe esa muerte de manera literal, pero cada vez que salía un personaje conocido y el nombre de alguien a quien quiero mucho, eso era ponerse el vello de punta, chillar por dentro y medio llorar de lo bonito que era todo. Es que echo mucho de menos a mis queridos pequeños de la trilogía Grisha y saber más de ellos, cosas nuevas después de tanto tiempo, me ha puesto los sentimientos a flor de piel.

Pero si vamos a hablar de personajes, mencionar de nuevo a los de Seis de Cuervos, que creo que es hora de presentároslos por encima. Kaz Brekker es todo lo que puedas soñar de un personaje, sarcástico, calculador, bondadoso, escondido bajo una máscara que hace que quieras estar a su lado en todo momento. Puede parecer que Kaz es de esos personajes que no pueden ocupar un lugar en tu corazón, pero es que sufre con él y todo lo que hace, dice y recuerda es para querer acompañarlo como escudo para siempre; Inej ha sido otro personaje que me ha encantado. Más letal y más directa, como me ha gustado su valentía y bravuconearía. Es una chica que se vale por sí sola, luchadora, que también ha tenido un pasado turbulento pero que ha sabido levantar la cabeza poco a poco y me siento orgullosa de ella; Nina ha sido mi conexión con los ravkanos y los Grisha y, dios, es que conserva el mismo aire que ellos. Poderosa, inteligente, intimidarte, ama con todo su corazón a cada uno que forma parte de su vida. Wylan es el más cuqui de todos y el más inocente, por decirlo de alguna manera, pero luego no veas como se defiende y como ayuda a los demás, inventando nuevas ideas, controlando cada objeto que tenga partes metálicas y suponiendo un miembro más que importante para el grupo. Me ha gustado Wylan porque es el típico personaje que parece que no ha matado a ninguna mosca pero luego, cuando aparece, nadie el hace sombra. Luego tenemos a Jesper, que quizás es con el que menos conexión he tenido. Es un personaje que vive atormentado debido a las deudas que tiene y a su adicción al juego, pero es bastante fiel a Kaz. El único problema que tiene son los celos, que los ciegan de vez en cuando, pero es un hombre de mucha confianza. Y por último está Matthias, un personaje lleno de rencor que poco a poco se va abriendo para dejar ver como es realmente, apenado por las cosas que hace tiempo dejó atrás y que me ha sorprendido en más de una ocasión.

En definitiva, Seis de Cuervos se convierte directamente en unos de mis libros preferidos y en unas de mis mejores lecturas de lo que va de año. Trepidante, maravilloso y con unos personajes inolvidables, Leigh Bardugo vuelve a hacer magia con este libro y consigue una lectura adictiva y plagada de sentimientos que te harán querer más. ¡Sin llantos, sin funerales!
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