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Anne nos cuenta como, siendo apenas una adolescente, conoce a un muchacho que si bien nada de valor tenía que ofrecerle a cambio más que su corazón y su genuino amor, le propone matrimonio y la esperanza de contruir juntos una nueva vida, repleta de nuevas oportunidades. Sin embargo, Anne, habiendo quedado al cuidado de la amiga de su fallecida madre, Lady Rusell, confiando plenamente en su buen juicio, opinión y consejo, se vió influenciada por esta cuando le dijo que no le parecía que Frederick Wentworth fuera una adhesion lo suficientemente buena para la familia así como un pretendiente digno para ella, ya que nada podía ofrecerle que ella realmente mereciera. Con esto, se busca mostrar lo fácil que el ser humano puede ser influenciado, no solo en términos generales, más también por aquellas personas que tan querida y cercanas le resultan. Nos aconseja ser concientes de nuestra propia existencia y capacidad de tomar decisión por nuestra cuenta, puesto que al fin y al cabo, seremos nosotros quienes sufran las consecuencias o beneficios que las mismas nos traigan. Está novela no se trata de matrimonios desesperados, dramas innecesarios o simple cotilleo ocasional, al contrario, nos habla sobre decisiones ya tomadas, los errores cometidos y sobre todo, como la vida nos puede enfrentar a segundas oportunidades. |
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