El affaire Arnolfini

“Soy tan sensible a las miradas dirigidas a los cuadros, como a las miradas captadas por los pintores en sus cuadros”

El misterioso cuadro de van Eyck se muestra en la National Gallery de Londres.
Fue propiedad de Margarita de Austria desde 1516, regalo de Don diego de Guevara. Pero… ¿dónde estaba antes? ¿Cómo llegó a su poder? Es un impenetrable misterio, como también lo es que Margarita le haya puesto una tabla y un candado que anulaba su vista.

El número de interpretaciones que ha suscitado desde su incorporación a los fondos de este museo, le da la bienvenida a este ensayo, que se suma a la lista.

¿Ha descubierto este autor el secreto detrás del cuadro?
Data de 1434, cuando supuestamente “El matrimonio Arnolfini” fue pintado por Jan van Eyck. Desde entonces es admirado y ha sido objeto durante siglos de minuciosos estudios.

¿Su significado? Sigue oculto.

La mirada atenta de Jean-Philippe Postel lo ha diseccionado, y nos regala una nueva perspectiva. Pero… ¿es esta la verdad? ¿Tiene este autor la clave que se ha ocultado por centurias a historiadores y miradas críticas?

No lo sé, no me quedó claro porque avanzar por el desmembramiento de cada objeto de la pintura, ha arrojado más misterios y nuevas teorías, todas fascinantes.

¿Quiénes son en realidad el hombre y la mujer retratados? ¿Es el propio pintor y su esposa o es un cuadro encargo de una familia italiana? ¿Qué vínculo unía a esta pareja? ¿Pueden los objetos alrededor y su admirable reflejo en el espejo, ofrecernos las pistas que su creador dejó para nosotros? ¿Es ella un espectro que no se refleja en el espejo?

Que delicia ha sido avanzar por este libro, observar, guiada por un apasionado, los acercamientos a cada pedacito con forma y color y apoyarme de su análisis para encontrar un nuevo disfrute. La analogía perfecta sería decir que ha sido como leer un libro de detectives. Intentando encontrar las pistas, y sobre las pistas, la luz camino a la verdad sobre una de las obras de arte más enigmática de todos los tiempos.

Sigue y será siendo enigmática, pero leer este ensayo te servirá de guía para disfrutar con una mirada nueva. Una especie de juego de pistas del que no encontramos equivalente en la obra de ningún pintor de aquel tiempo.

Nosotros, de pie y solos antes los esposos Arnolfini, ¿qué es lo que vemos?

"Observad, seguid observando, observad siempre, solo así se llega a ver."
Jean Martín Charcot

Un libro que ha cambiado por completo mi mirada hacia este cuadro. Un antes y un después en mis impresiones sobre una de las obras de arte más famosas y enigmáticas.

Una pareja ataviada con lujosas vestimentas y una habitación burguesa de reducidas dimensiones como telón de fondo. Todo parece estar dispuesto atendiendo a una razón determinada. Cada elemento habla por sí solo pero entre los objetos se establecen contradicciones que producen incertidumbre y un gran magnetismo entre el espectador y la obra de arte.

“El matrimonio Arnolfini” fue pintado por Jan van Eyck en 1434, el cual plasmó su firma de manera muy especial: “Johann de Eyck fuit hic”, es decir, “Johann van Eyck estuvo aquí”. El propio pintor no es el mero autor de la obra sino que se postula como un testigo de la acción representada en ella. ¿Puede que sea uno de los personajes que aparece reflejado en el espejo? Si es así, estaríamos ante un autorretrato que pudo haber inspirado a Velázquez doscientos años más tarde cuando pintó sus “Meninas”.

Pero vayamos al quid de la cuestión. ¿Qué escena es la que transmite el cuadro? ¿Quiénes son verdaderamente los protagonistas? ¿Qué nos dicen cada uno de los símbolos? La vela encendida justo encima del hombre, la disposición del mobiliario, el perrito, los gestos… y, sobre todo, el enigmático espejo de la pared del fondo, una de las zonas centrales a las que se dirige nuestra atención.

Jean-Philippe Postel desgrana uno a uno los detalles y les otorga un significado nuevo, original y un tanto perturbador que desconcierta al lector y le imprime un valor diferente que refuerza el misterio a la par que intenta dilucidarlo.

Aunque, en ocasiones, parece empeñado en hacer coincidir todas las piezas para componer un puzzle arriesgado y transgresor, Postel consigue remover las ideas y cambiar por completo los esquemas concebidos previamente sobre esta asombrosa pintura, adelantada a su tiempo.

Al fin y al cabo, “el cuadro es como un sueño. Un sueño de van Eyck”. Y los sueños están abiertos a múltiples interpretaciones. Esa es la magia del arte, condensada a la perfección en este breve ensayo que te recomiendo sin lugar a dudas si te interesa el arte y sus entresijos.

Mirar un cuadro no es solo ver las figuras que están en él. Mirar un cuadro es adentrarse en la mente de quien lo pintó. Sobre todo en pinturas antiguas, por que no solemos tener mucha información de primera mano. O quizás sí, quizás la información esta a nuestra vista, en el propio cuadro. Pero hay que mirarlo con los ojos de la época, con los símbolos del momento y la sociedad. Eso es lo que hace Postel, bucear en el cuadro, en los símbolos para intentar dar luz sobre quiénes son los protagonistas, que significa cada detalle de esta obra tan conocida y a la vez con tantos secretos.

Pequeño libro que hace que veamos este cuadro desde otra perspectiva, quizás desde el propio espejo que nos lleva a estar dentro de esta alcoba flamenca del siglo XV.

Recomendable.