Este es un libro muy reflexivo y eso fue lo que me gustó. A lo largo del libro acompañamos a Rachel y a Tyler en un viaje para buscar a Micah, quien luego de un tiempo de consumir drogas se va de su casa sin decir a donde ni dar explicaciones y es a través de una nota anónima que ellos consiguen saber "por donde empezar". El libro nos tiene constantemente esperando que aparezca, a la vuelta de la esquina, con un grupo en la playa, estaba todo el tiempo esperando el reencuentro y estoy muy satisfecha con el desenlace de la historia. El personaje de Rachel me parece muy real, como ella lo recuerda y como lo describe, con buenos fundamentos y como me imagino se siente la familia de una persona que va perdiendo la guerra contra la drogadicción. Es un libro que se lee rápido y que se disfruta mucho. |