El Cabo del fin del mundo

“El universo se creó para ser perfecto. Y lo que no sea perfecto ya estáis vosotros para solucionarlo”.

Muchísimas gracias al autor, G. Vicente-Arch, por el envío de un ejemplar físico de su novela y por la confianza a la hora de reseñarla. Soy la primera en reconocer que no leo mucho ciencia ficción, aunque es un género que me interesa mucho y del que tengo muchos títulos pendientes. de hecho, si quieres iniciarte en libros cuya temática gire entorno a razas en razas alienigenas, guerras intergalácticas plagadas de conspiraciones políticas y masacres, naves espaciales super chulas y mil y un misterios por resolver, esta historia te ira como anillo al dedo.

Cuando un grupo de alienígenas se manifiesta ante los habitantes de la tierra con noticias desvastadoras, estos aprenden dos cosas: que no son la única especie inteligente en todo el espacio, y que la tierra está condenada a arder y desaparecer. Mientras la humanidad se prepara para despedirse de su planeta natal y poner rumbo a otra galaxia, una excavación arqueológica en Galicia sigue su curso en las manos de un grupo de jovenes de diferentes nacionalidades. Entre ellos se encuentra Santiago, un gallego enamorado de su tierra y que vive con sus tíos en una granja. Y que junto a sus compañeros descubría un extraño petroglifo que les llevará a cuestionar todo lo que los alienigenas han profetizado para la tierra, y ha embarcarse en un viaje por los confines de un espacio marcado por las guerras, los secretos y la violencia.

Si tuviera que recomendar a alguien “El Cabo del Fin del Mundo” sería a los amantes de la saga de películas y series de “Star Wars”. A lo largo de esta lectura ha habido varias situaciones, personajes y giros de guion que me han recordado mucho a la saga ideada por George Lucas, lo que ha hecho que mi interés por lo que tenía entre manos aumentase. También he encontrado un cierto aire a varios capítulos de mi amada serie “Doctor Who”, gracias a lo cual el interés se ha mantenido a lo largo de esta lectura. Y supongo que también tendrá mucho de “Star Treck” , pero esto no me atrevo a afirmarlo categóricamente porque, oh vergüenza, nunca he visto esta serie, aunque ganas no me faltan. Lo que si os digo con seguridad es que G. Vicente-Arch ha compuesto todo un mundo intergaláctico muy imaginativo, plagado de diferentes razas con sus propias características, su historia y una red de ambiciones, disputas y conflictos entre ellas, que confluyen con una trama llena de acción muy bien ejecutada y que es el punto fuerte de esta novela. La imaginación del escritor es impresionante, y logra imprimir su sello personal a una novela que indudablemente tiene mucho que agradecer a otras obras de la ciencia ficción, y que incluso se apoya en diferentes referencias ya no solo de series, novelas o películas; también de culturas y religiones reales, de cuyos restos han dado buena cuenta la arqueología. Pero aún así, este es solo el punto de partida para crear un libro que tiene algo único y especial, y al que su autor logra otorgarle mucha originalidad. Creo que el punto fuerte de la novela es que va mejorando capítulo a capítulo. Ya desde el principio promete, aunque tengo que reconocer que pasado el primer cuarto de obra el segundo me desilusionó un poco. Demasiados nombres, demasiadas circunstancias que recordar para no perderte; todo se me hizo muy denso y confuso y me dieron ganas de dejar la obra sin acabar. Pero por suerte seguí con la lectura y le di una oportunidad, y menos mal. Rápidamente G. Vicente-Arch logra desenvolverse en el complejo y ambicioso entramado que ha preparado, y hacerlo lo más accesible posible para el lector. Todo bien condimentado con mucha acción y giros de guión, incluso ciertas escenas macabras que te dejan un nudo en el estómago. En cada capítulo prácticamente se hacía un descubrimiento o pasaba algo que daba más intriga a la historia, y eso se agradecía mucho. Quizás el estilo narrativo peque a veces de ser demasiado rápido, lo que en ciertos momentos hace que no filtres bien lo que acabas de leer, y resulte demasiado dinámico o incluso juvenil. Pero aún así, también hay que reconocer que el que la lectura sea ágil (a lo que ayudan sus capítulos relativamente cortos) es un punto a su favor en no pocas ocasiones, ya que hay muchos detalles a tener en cuenta, y esta agilidad consigue que el leer este libro no se vuelva una acción en exceso pesada. Es cierto que es una narrativa muy enfocada en las luchas, la acción, los actos y las palabras que en ese momento salen de los personajes. Pero también hay ciertos momentos más introspectivos, y frases con doble significado o con un sentido profundo que dan ciertas capas de hondura a la novela.

La ambientación que nos regala G. Vicente-Arch es muy buena. el autor sabe mostrarnos los diferentes escenarios en los que se mueven sus personajes, las naves espaciales, los objetos que manejan, la tecnología espacial… todos esos detalles, tan característicos de la ciencia ficción y los libros ambientados en el espacio, están esbozados de manera que mas descripciones no se hagan muy pesadas o densas, pero a la vez de de una forma detallada que ayuda a que los visualices. Entre las páginas de “El Cabo del Fin del Mundo” nos vamos a topar con todo un worldbuilding nítidamente construido, con diferentes mundos y planetas que tienen sus propias composiciones sociales y políticas, historias, relaciones con otros planetas. Y que muchas veces tienen su impacto en diferentes culturas de la tierra. Y todo ello sin perder en focos en los paisajes de Galicia. Santiago está enamorado de su tierra, se nota que el autor también lo está y si el lector no lo estaba de antes, saldrá de esta lectura con ganas de cogerse un tren o un avión rumbo al cabo Finisterre. y reconozco que esto ha sido uno de los aspectos que más me han acercado a este libro, porque creo firmemente que los de Castilla y León y los de Galicia son hermanos espirituales.

Otro de los puntos fuertes de la obra creo que son sus propios protagonistas. Debo decir, que al principio no me decían nada ninguno de ellos, todos me parecían muy planos y sencillos, sin apenas profundidad. Y siento decir que esa impresión es la que se me ha quedado básicamente al cerrar el libro. Pero también tengo que reconocer que, de la misma forma que la argumento y la narrativa va mejorando a medida que avanza la novela, también lo hace la caracterización de los personajes. Poco a poco ves como van ganando ciertas pinceladas de profundidad, como consiguen cierta independencia narrativa y como tienen pequeños arcos evolutivos que les hacen mínimamente interesantes. Pero lo más bonito y lo que le da a todos más capas es la forma en que se van desarrollando las relaciones entre unos y otros, cómo van evolucionando al son de una guerra milenaria en la que la supervivencia de la raza humana es el premio a conseguir. En este grupo de jovenes es donde encontraremos las frases y situaciones más divertidas y tiernas de esta historia, lo que aligerara en muchas ocasiones el tono de la novela, algo muy de agradecer y muy disfrutable. Individualmente quizás a mí no me digan nada, pero como grupo creo que todos ganan mucho. Y tengo la impresión de que esa era la intención del autor.

De todas maneras, a mí hay algo que en este grupo me hace muchas aguas y es el propio protagonista, Santiago. No sé si será porque tengo muchos problemas con los protagonistas y narradores de las historias por norma general (excepto por pequeños fragmentos, la mayor parte del libro están narrado desde su punto de vista), pero a mí ese aura que le rodea de héroe prometido-Salvador de la humanidad, me ha echado mucho para atrás. No me gusta mucho el tópico de héroe predestinado, me parece cada vez menos creíble con el paso de los años. Y si a eso le añadimos que, oh sorpresa, los tres principales personajes femeninos de nuestra historia están romántica y sexualmente interesados en él, pues lo poco que me acaba por decir este carácter se acentúa aún más. No no equivoquemos, el muchacho está desarrollado como un chaval, muy normal y bien majo, en no pocos momentos de la trama logra enternecerme y caerme muy bien. Pero es el hecho de que caiga en todos esos tópicos lo que hace que me chirríe mucho y no acabe de conectar con él. Creo que si no se hubieran manejado tanto esos cliches, y de una forma tan directa, hubiera disfrutado más del pobre Santiago, que el muchacho buena persona es un rato. Me gusta el detalle de que sea un chico normal, tranquilo, que pese a su pasado trágico no necesite tener clarooscuros muy acentuados en su personalidad para ser interesantes. Eso me parece muy refrescante. y tengo que reconocer que la trama romántica que tiene que pivota en entorno a Santiago, resulta muy refrescante, un perfecto desengrasante en un argumento plagado de peleas, conspiraciones y políticas y mucho space opera.

El resto de personajes, ya os digo. Me han caído bien, a medida que avanza la historia tienen personalidades cada vez más acentuadas, pero me hubiera gustado que se les hubiera dedicado más tiempo y profundidad. Porque hay varios que resultan muy interesantes y creo que se quedan a medio gas. Una de las cosas que más me ha molestado durante la lectura , de todas maneras, es que en algunos personajes hay ciertos cambios bruscos de personalidad y de forma de actuar, que se dan de una manera que me ha parecido muy aleatoria y precipitada, sin que se prepare el terreno ni se termine de esbozar bien el motivo por el que suceden. Y hablo especialmente de un giro que tiene que ver con una de las encargadas de la excavación arqueológica, la antropóloga rusa Irina. Este giro argumental me pareció muy brusco, la verdad.

Sin embargo, lo peor que he llevado de esta lectura ha sido el apartado editorial. Durante la lectura he encontrado varios errores ortográficos (yo, que si os leéis alguna de mis reseñas veis que prácticamente cometo dos errores de ortografía por frase que escribo), palabras que estaban juntas, y otras que estaban separadas por un guion cuando no correspondía, ya que no se pasaba
de una linea a otra por falta de espacio. Como he manejado una segunda edición, imagino que en la primera estarían bien esas separaciones de palabras y que se quedarían así con el cambio de formato en la segunda edición. No lo sé, solo lo imagino.

“El Cabo del Fin del Mundo” es una novela que se le rápido y que queda bien cerrada, pero quedan suficientes cosas en el aire para una previsible segunda parte. Desde luego cierras el libro con buen sabor de boca y con cierta curiosidad por saber qué es lo que puede depararle el futuro a Santiago y al resto de protagonistas.

Es una novela de ciencia ficción ambientada, básicamente, en Galicia. El Cabo Finisterre tiene mucha chicha aquí. Y digo básicamente porque como buena ciencia ficción, también tenemos ubicaciones extra-terrestres.

Santiago, nuestro protagonista, juntos a sus amigos y colegas de profesión se ven inmersos en una gran aventura donde corre peligro la vida de toda la humanidad. Gracias a sus trabajos, los protas se encuentran con unos petroglifos que son el inicio de toda la trama y la posible salvación de la Tierra.

Las relaciones entre ellos es muy realista pero hay un personaje, especialmente, que me ha irritado de principio a fin. No diré cual es para no influir en vuestra opinión pero si lo leéis me gustaría saber vuestra opinión y charlar sobre ello. No me creo esa historia ni la forma de actuar!! (Arg!!! Qué coraje!!! Jajaja.).

Quitando ese aspecto, en la novela vemos como gente de toda índole y cualquier procedencia puede formar una gran familia y que trabajando en equipo, todo sale mejor.

En el momento en que vi el booktrailer supe que la novela me podría gustar bastante y así ha sido.

La mezcla de razas, el tema de las conspiraciones a niveles intergalácticos, las naves espaciales (¡LA NAVE!) y las luchas son increíbles.
La suerte les acompaña en cada una de "sus misiones". Los malos malísimos que te mantienen en vilo durante la lectura también me han parecido buenos.

El libro lo devoré poquito a poquito y saboreándolo. Lo típico que quieres acabar la lectura para saber como termina todo pero no quieres despedirte de la historia.

Por suerte, ya tengo la segunda parte en mis manos. La familia ha crecido y nuevas amenazas acechan la humanidad. ¿Cómo no seguir leyendo esta novela?

Una historia con una premisa fascinante, ambientada en Galicia que va a hacer las delicias de los amantes de la ciencia ficción.

⚠️ Si queréis ir a ciegas con esta historia, ¡no leáis! ⚠️

Conoceremos a Santiago, un antropólogo enamorado de su tierra. Debido a una serie de sucesos, vive con sus tíos en un pequeño pueblo pesquero, a pesar de haber tenido opciones para irse a trabajar fuera, decide quedarse junto a los suyos.

Pero no será por mucho tiempo. A primeros de año, diez enormes naves espaciales se posicionaron encima de los puntos más emblemáticos de la Tierra y contaron un mensaje nada alentador: a nuestro planeta le quedan pocos meses de vida.

Venidos desde galaxias muy lejanas, la humanidad tiene que digerir primero la existencia de vida inteligente más allá de nuestro sistema solar y, segundo, la extinción de este. Dichos extraterrestres darán una solución factible para este problema. Después de un plazo estipulado, habrá una posible salvación para todos aquellos que estén dispuestos a dejar nuestro planeta natal atrás.

Santiago, junto a su grupo de trabajo, irá desvelando secretos ocultos durante generaciones, luchando por encontrar una forma de salvarlos a todos. En un universo donde nada es lo que parece, tendrán que dejarse la piel para sobrevivir. No penséis que esto es todo… ya que es solo la punta del iceberg que vais a encontrar entre sus páginas.

El grupo que se va creando y los lazos cada vez más fuertes entre ellos hacen que sean una gozada acompañarlos. Es imposible no cogerles cariño. ❤️

Una historia mezcla de ciencia ficción y fantasía, y que me ha sorprendido muchísimo. Me ha enganchado la aventura que recorren estudiantes de antropología. Un mundo que se ve que va a ser destruido según unos alienígenas, y que es sólo el comienzo de algo mucho mayor. Una lectura ágil, amena, en la que el autor sorprende con una imaginación que atrapa, en la que hay de todo, incluso su historia de amor. Acompaña a Santiago, Irina, Erika, Hans, Ari, Shamir y con el que me lo he pasado mejor Luca, su humor me ha sacado más de sonrisa