Hijos de la fábula

Hijos de la fábula es el tercer tomo de una trilogía que el escritor aúna bajo el titulo de Gentes vascas, después de Los peces de la amargura (2006) y Años lentos (2012).

Hijos de la fábula es una novela que fue escrita inmediatamente después de Patria y que el autor prefirió guardar en un anaquel; es una sátira que se lee muy bien porque el estilo de escritura de Aramburu es brillante. También se le podría tildar de comedia dramática o de aventuras quijotescas de Asier y Joseba, el par de aprendices de etarras.

Asier y Joseba se conocen, son dos mocetones veinteañeros sin muchas luces, de pueblos cercanos y tienen el cerebro trastornado con el nacionalismo vasco. Sueñan con degollar a empresarios y cometer, por el pueblo vasco, cualquier tipo de fechorías.

Pasan a Francia, donde serán amparados por unos granjeros comunistas que les darán techo, y algunas veces sustento a cambio de labores en la granja.

Asier y Joseba quieren enrolarse en la ETA en 2011, justo cuando el gremio asesino rinde las armas. Pero ellos, encandilados y estúpidos sin remedio, esperan una formación en regla que los habilite para matar.

Aquí interviene la pluma increíble de Fernando Aramburu para tratar un tema escabroso con un humor satírico y esperpéntico que provoca mucha risa y pena al mismo tiempo. Hay muchas situaciones jocosas y otras dramáticas sobre fondo de inmoralidad porque el duo de aprendices no dudará en robar y agredir si les es necesario.

Hay un par de personajes más que son verdaderamente totémicos : el del etarra Txalupa que salvó el pellejo y que sobrevive en Toulouse como pinche de cocina; y el personaje de la comunista María Cristina, hija de coronel y una facha lesbiana que respalda cualquier revolución.

Todos son personajes perdidos en un sueño, alejados de toda realidad, incapaces de sustentarse con dignidad.

Un libro diferente, un enfoque original, una prosa excelente, un divertimento, escrito 11 años después de la disolución de la ETA.


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