Hágase mi voluntad

Dicen que hay ocasiones en las que las últimas palabras de una persona, consciente del gélido aliento de la muerte en su cogote, pueden cobrar una fuerza, digamos... especial. Esto, por supuesto, también se aplica a la palabra escrita. Nuestro protagonista, un joven periodista llamado Andrés que recibe por sorpresa una biografía a modo de carta por un preso tras cometer suicidio, lo descubrirá por las malas... O puede que no tan malas, según como se mire. Porque en esta historia, no todo es lo que parece.

La novela arranca con el prólogo, que ya os adelanto que es bastante impactante, para dar paso enseguida al primer capítulo donde se nos presenta al protagonista. Un tipo bastante corriente, bueno en su trabajo, y con una rutina que, al contrario de lo que pueda parecer, no le causa malestar. Es por ello que cuando recibe el inesperado sobre con las "memorias" del preso ya fallecido, ese nuevo y corriente día, así como los siguientes, irán cambiando de forma digamos, dramática.

Y es que, las terribles confesiones en aquellas, a simple vista, hojas de papel arrastraran y despertaran una obsesión y macabra determinación en él. Así como algo más oscuro, antiguo y siniestro.

Como me suele suceder en este tipo de historias, y teniendo en cuenta la más bien corta extensión de la novela, no voy a decir nada más que pueda destripar la trama. Solo os adelanto que tiene varios giros que, precisamente por su extensión, a mi parecer, tienen aún más mérito. En ella también encontramos escenas algo fuertes y sanguinolentas, muy bien descritas, así como una especie de crítica tanto a la conducta humana, como a la religión. Y aunque quizás esto pueda parecer un poco extraño, el contexto de la historia hace que dicha crítica se sienta perfectamente lógica.

Todo en general me ha gustado, pero si tuviera que destacar algo, sería el ritmo. Como este va poco a poco, pero con escenas bastante fuertes, y como va acelerándose cada vez más hacia las últimas páginas, haciéndote sentir que te encuentras en el mismo torbellino maléfico, angustioso y vivido que experimentan los personajes hasta llegar a ese final que lejos de tranquilizarte, te deja con una mezcla de satisfacción y duda así como intranquilidad, en el buen sentido.

Una historia más compleja de lo que puede parecer al inicio. Con un personaje muy bien perfilado que ayuda a resaltar y transmitir, aún más si cabe, la maldad y las atrocidades que la propia humanidad puede llegar a ocasionar cuando se deja llevar por su lado más recóndito y oscuro.

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