El viento que arrasa

A veces hace falta poco menos de un día para cambiar el destino de los protagonistas de una historia, para mezclar unas vidas que poco o nada tienen en común, e incluso para remover sus pasados y plantear cierta incertidumbre en qué será de sus destinos.

En “El viento que arrasa” (@randomhouse_es), primera novela de Selva Almada, nos trasladamos a un escenario cotidiano: el taller mecánico regentado por el Gringo Brauer y su ayudante ‘Tapioca', un chaval que apenas ha entrado en la adolescencia. A este taller de la recóndita Argentina han ido a parar el reverendo Pearson y su hija Leni, que esperan pacientes la reparación de su coche para retornar su viaje por el Chaco.

Comienza así un relato austero y cargado de melancolía en el que, aunque aparentemente no pasa nada significativo la tensión que se va generando entre los personajes explota en una tormenta final apoteósica. Y es que las nubes amenazantes ya presagiaban que vendría una gran batalla: la lucha por el “alma” del Tapioca, y es que el reverendo no solo ve en el chico un alma por salvar, sino a un posible sucesor, mientras que Brauer quiere proteger de esa influencia al que es para él como un hijo.

Con un ritmo pausado pero en el que en ningún momento decae el interés por conocer a los personajes, #SelvaAlmada ha creado una breve pero potentísima novela sobre el abandono, casi podríamos decir de la orfandad (por un lado Leni que apenas recuerda a su madre y a cuyo padre quiere admirar aunque no comparta sus ideas, y por otro el Tapioca, cuya madre lo abandonó siendo apenas un bebé con el Gringo y lo ha convertido en su referente paternal).

Esta ha sido mi primera lectura de la escritora argentina –gracias @pildoras_de_cine (ahora te toca a ti descubrir a Dolores Reyes) – y la que inicia su “Trilogía de los Varones”, seguida de “Ladrilleros” (2013) y “No es un río” (2020), y que estoy deseando continuar.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..