Violeta

Violeta nace en 1920, año en que la llamada gripe española asola medio mundo. Su nacimiento es algo extraordinario en una familia acomodada en la que ya hay cinco chicos, con una infancia feliz hasta que la Gran Depresión los arruina y su vida da un giro radical. Asistimos a los diferentes acontecimientos que marcan su existencia hasta que fallece, con cien años, en medio de una nueva pandemia: la que nos trajo el coronavirus.
Leer a Isabel Allende es siempre una maravilla, y esta novela me ha recordado mucho a La casa de los espíritus. Allende nos regala de nuevo a una mujer de personalidad fascinante, fuerte y luchadora, de carácter, que sufre y ama al mismo tiempo y que se entrega a los menos afortunados compartiendo lo mucho o lo poco que tiene en cada momento. Descubrimos lo que ha sido la vida de Violeta en esta larga carta que escribe a alguien a quien ama profundamente, haciendo un recorrido por cien años de la historia chilena. Asistimos a sus amores y matrimonios, al nacimiento de sus dos hijos, a diversos episodios de la historia y la economía mundial, a la llegada de las dictaduras a Chile y Argentina y al regreso de la democracia... y todo visto desde los ojos de una mujer fascinante a la que mueve el amor por encima de todas las cosas (y, en algún caso, también el desamor).

Si decides leer esta historia hazlo con calma, sin prisa, disfruta de ella saboreándola como lo que es: ese dulce que alguien te regala y no quieres que se termine nunca. Yo lo he hecho así.
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