Todo se desmorona

Como decían los ancianos, si un niño se lavaba las manos podía comer con los reyes.

El mundo no tiene fin y lo que es bueno en un pueblo es abominable en otros

He comprendido que quien crea problemas a los demás acaba por creérselos a sí mismo

El Mosquito, le dijo, había pedido a la Oreja que se casara con él, y ante eso la Oreja se cayó al suelo sin poder controlar la risa. "¿Cuánto tiempo te crees que vas a vivir?", le preguntó. "Ya estás hecho un esqueleto." El Mosquito se marchó humillado y cada vez que pasaba por allí hacía saber a la Oreja que seguía vivo.