Después de la impresionante apertura de la saga “El legado del ángel negro” que fue “Tras el velo de las sombras”, Kayla Grimalt ha vuelto a sorprenderme con una segunda entrega que da un pequeño giro al estilo del libro anterior y presenta una historia que, avanzando en el argumento en torno al pergamino perdido que ya se avanzaba en la novela anterior, también se adentra en la relación de dos de sus protagonistas. En “Tras las sombras del pasado”, la autora nos adentra aún más en ese mundo vampírico con raigambre histórica (recordemos que la máxima antagonista es Elisabeth Báthory, la llamada condesa sangrienta del siglo XVI-XVII) especialmente de la mano de la triste historia de amor de Christoph y Mila, dos personajes con los que resulta muy fácil empatizar. de nuevo, la fantasía oscura con grandes dosis de romance de esta saga ha conseguido atraparme de principio a fin vislumbrando además muchísimas posibilidades en futuras publicaciones. En plena búsqueda del “corazón perdido de Samael”, Christoph no podía imaginarse que volvería a encontrarse con su amor del pasado. Después de más de cuatrocientos años, Mila, la chica que creyó muerta en manos de Elisabeth, se encuentra delante de el. Sin embargo, poco quedará de la dulzura que conoció antaño, Mila se ha convertido en un ser despiadado a quien incluso temen sus iguales y, de hecho, parece guardarle un especial rencor acumulado con el paso de los siglos. Christoph se verá en la disyuntiva de tratar de vislumbrar si queda algo de la que fuera su prometida poniendo quizás, en este caso, en riesgo su implicación y lealtad respecto a la misión que debe cumplir junto con Eva y Gabriel (protagonistas del primer libro). Una de las cuestiones que más me han enganchado de esta novela ha sido el perfecto desarrollo de la historia de amor / desamor entre Christoph y Mila, una historia que se fragua a través de flashbacks que nos transportan a los comienzos del siglo XVII y nos regalan escenas verdaderamente tiernas entre los dos personajes. Ello contrastará marcadamente con la oscuridad que envolvió después sus vidas. Estos sucesos del pasado también nos ayudan a comprender mucho mejor la génesis de los personajes en la actualidad y a ahondar en la persona de Vera, hermana de Christoph, y con tanta importancia también en el presente. Conocer más datos sobre la jerarquía vampírica y las diferentes funciones de cada clase, ha sido muy interesante y un organigrama muy original que completa perfectamente la “cosmogonía” que ya teníamos esbozada en la anterior entrega a partir del primigenio Samael. Por otro lado, reconozco que me encanta cómo la autora se centra en personajes diferentes en cada uno de los libros y cómo así nos aporta nuevos puntos de vista sin perder el hilo del argumento original en torno a la búsqueda de la reliquia. En este sentido, he sentido que algunos huecos de la trama anterior se iban rellenando, formando un engranaje perfecto. Por supuesto, seguiremos encontrando acción, la crueldad de Elisabeth elevada a la máxima potencia, un amor que traspasa las barreras del tiempo y esas escenas candentes que Kayla Grimalt describe con tanto tacto y acierto. Sin querer adelantar nada del desenlace de este segundo libro, solo diré que ya se puede esbozar por dónde puede ir la continuación de la saga y no me ha podido parecer más atrayente la historia de dos personajes que considero que pueden dar mucho juego dentro de una trama que ya me tiene atrapada. + Leer más |