Una guía clásica para navegar con estoicismo entre los temores de la vejez y las dificultades de la amistad. Tras su lectura no nos quedará más remedio que admitir que la amistad es el mayor regalo que el ser humano ha recibido -solo por detrás de la sabiduría- y que, si bien la vejez está alejada de banquetes, grandes mesas y copas abundantes, también está, por lo tanto, libre de resaca y malas digestiones; o, lo que es lo mismo, que hay muchas más razones para disfrutar la vejez que para temerla. |