Planetas habitables

Planetas habitables de la autora mexicana Elisa Díaz Castelo es poesía contemporánea en la cual existe un vínculo entre la ciencia, el arte y la cotidianeidad; en particular, aquí hay mención del encierro y los temblores en México. Contiene cuatro secciones de las cuales la primera es En medio de tantos mundos con diez poemas; los mundos del diario vivir como transportarse en el metro, las relaciones familiares, los exámenes médicos, la contaminación, los objetos comunes como los vasos y las casas, todos ellos son orbes completos en sí mismas con sus propios procesos de origen y destrucción. En Museo de la sal, este elemento es el protagonista de las palabras de la poeta quien la refiere desde una de sus fuentes, el mar, hasta el uso que han hecho de ella diversos personajes como el poeta Héctor Viel Temperley quien huyo del Hospital Británico con un gran número de calcetines rellenos de sal; la mujer de Lot cuyas últimas palabras que escuchó fueron ‘Sal', aquí la conexión entre las palabras y los objetos; la sal como paralizante del tiempo al evitar la descomposición. En La velocidad de la fuga, tal como el primer poema, Perspectiva, todo depende desde qué ángulo se observen los hechos y los objectos tales como la muerte de una mosca, la tristeza ajena, los pájaros en la noche, Paul Adrien Maurice Dirac y su teoría de la antimateria. En Carta abierta a Charles Francis Richter la autora refiere los sucesos telúricos en la ciudad de México y algunas extrañas coincidencias en las fechas de esos movimientos. Otros temas conforman esta tercera sección como universos lejanos y cercanos con alusiones a las imágenes o constelaciones, la perrita rusa y su imposible regreso a la Tierra, el corazón de una manzana, las medidas sanitarias durante el encierro del 2020, los murmullos de Elena Garro y la fragilidad ante una caída. Finalmente, Se descubre una grabación de Eurídice en la web, la muerte infinita es el tema en este mensaje para Orfeo. Recomiendo ampliamente Planetas habitables, particularmente a quienes aman la poesía contemporánea mexicana. Éste es el cuarto poemario que leo de Díaz Castelo.