Tenemos en Muertos de Segunda una historia de vampiros narrada en primera persona por un tipo con un estilo mezcla de su juventud (ya que quedó convertido cuando era adolescente) y de su experiencia de décadas de no-vida. Habla con lenguaje crudo y directo, fruto de esa mezcla. En la primera parte, donde va presentándose a él mismo, a su grupo y la zona en que viven y su forma de vivir, tiene una narrativa algo caótica, picoteando datos por aquí y por allá, con diversos saltos en el tiempo y algunos "de esto ya te hablaré luego". A pesar de eso, se va uno acostumbrando al estilo y se disfruta de las confidencias que te va contando el protagonista, como si fuera un amigo que te cuenta sus más oscuros secretos y también sus miedos. Según va avanzando la novela, la colonia de vampiros del protagonista se encuentra con un grupo de niños vampiros que aparecen por su territorio, los túneles del metro de Nueva York, que además de provocarles más de un par de problemas, jugarán con tu mente y tus sentimientos, como si estuvieras en una montaña rusa. Es en estos momentos en que la historia pasa a ser de terror del bueno. Personajes bien construidos, sorpresas, intrigas, giros de guion inesperados, tensión... Nada es lo que parece en esta historia, pero el viaje es apasionante, te va enganchando poco a poco, y al final vale la pena. + Leer más |