Hace Roger Lancelyn Green un gran esfuerzo por articular una historia hilada a raíz de las múltiples historias y baladas que se conservan del forajido Robin y su banda vestida de verde Lincoln. Empieza logrando una consistencia que muy pocos logran, sin que se perciba el salto abrupto entre una y otra historia (que sí es algo que pasa, por ejemplo, a Howard Pyle), pero esa capacidad se va perdiendo a medida que avanzas en el libro y -lo que más me ha dolido- encontrar dos historias colocadas en un orden imposible (no puedes estar muy agradecido porque han salvado a un personaje al que conoces varios capítulos después). Será que a partir de ahí ya no miré el libro con los mismos ojos, pero perdió verdor y frescura, se hizo más pesado en la narrativa y perdió prácticamente el interés. Buen intento, pero hay versiones mejores. |