La última mirada de Goya

Con la venia de don Javier, y sin poder ir en contra de uno mismo, no puedo empezar de otra forma este intento de reseña.
Sería ir contra natura.

El rey Felón tenía un gran pollón. Pero no por poseer tan inmensa manguera, este bombero torero, también llamado el deseado, apagaba febriles fuegos.
Según se decía en las mejores tabernas del lugar, que la cosa, presión no tenía, y eso quieras que no, afecta en los asuntos del buen gozar.

¿Y qué tiene qué ver esto con Goya? Pues una rima preciosa, y un exilio en Burdeos, lugar donde se desarrolla la historia.
Aunque más bien lo segundo, obedece al temor a ese monstruo Borbón, séptimo de los Fernandos.

Alandes me hace perder la cabeza en nuestra primera aventura juntos.
No solo en el sentido literario sino, además, por el literal.
Varios son los motivos.:
Una buena historia, prosa cuidada y fluida, dos líneas temporales o una excelente ambientación.
Y de todas las virtudes, sin lugar a dudas, me quedo con la perfilación de sus personajes.
Nivel dios.

Siempre, a riesgo de saber lo odioso del comparar, he pensado que en esto de dar y crear actores, Reverte era inalcanzable.

Alandes se sale. Todos están muy trabajados, encajan entre sí con naturalidad y, de cada uno de ellos, se podría escribir una novela aparte.
Y me pienso regodear.

Goya, cabezón como buen aragonés, sordo como una tapia y con un humor de mil demonios. Pero con una mirada que nos legó en sus cuadros y dibujos, como nadie jamás tuvo ni tendrá. Francisco fue/es irrepetible.

Dos sicarios. Un portugués sin escrúpulos y un italiano que nos va a regalar momentazos. Se nota que es mi favorito.

Una empresa de guardaespaldas, donde destaca Diego. Hombres duros, fieros, profesionales. Llevan las manos manchadas de sangre y sin embargo, lucen exquisitos modales en un contraste delicioso y con carácter.

Y no puedo pasar por alto a nuestra pareja de detectives que, junto a Pereyra forman un trío muy interesante en la segunda linea temporal.

Novela de aventuras que gira entorno a la figura del pintor, la desaparición de su cabeza y su etapa final en Burdeos que no olvida dejarnos pequeñas píldoras de la represión absolutista contra los liberales.

La última mirada de Goya es también un balcón literario donde asomarnos a contemplar amor, odio, honor, horror y desprecio por la vida ajena, aunque algunos simplemente, estén haciendo su trabajo.

Una de esas obras donde la inversión de tu tiempo se verá recompensada por una estupenda trama, algún genial chascarrillo y mucho respeto por la historia.

¡Bienvenido a mi universo literario Javier!

Primera novela que leo del autor y la verdad que me ha sorprendido bastante, es un libro largo y quizá las cien primeras páginas algo lento, pero después no dejan de pasar cosas a lo largo de toda la novela.
El autor crea una historia con varias tramas y en diferentes líneas temporales, algo que a mi directamente ya me gusta, con diferentes y muchos personajes en ambas líneas, pero todos muy bien construidos, con sus historias y que iremos conociendo e hilando según avancemos.
La novela comienza cuando el cráneo de Francisco de Goya ha desparecido en su propia tumba, aquí se va a crear una historia, que será la búsqueda de esta, que pasó, porque no está, quien y cuando ha desaparecido… quizá esta línea temporal es la que me ha resultado mas lenta y menos interesante, pero imprescindible en la historia.
Por otro lado, la otra línea temporal donde el autor no contará los últimos años de la vida de Goya, qué es lo que pasó, creando una historia real ficcionada que no te dejará indiferente. Me han gustado mucho todos y cada uno de los personajes que aparecen esta línea, como evolucionan, incluido Goya, y como se cierra la historia.
La ambientación que crea el autor, la mayor parte en Burdeos, ya que fue donde Goya pasó sus últimos días me ha fascinado, como describe las calles cuando este asiste a espectáculos o cuando interactúa con otros españoles exiliados, como habla de sus obras en diferentes partes de la novela…
El final aunque ha sido un pelín predecible, es el final que tenia que ser, y me ha encantado, todo bien cerrado e hilado.
Una novela larga, pero que se lee muy bien, alguna parte mas lenta, pero que si te gusta este tipo de historias, con un punto de misterio y algo de arte, te va encantar.

Al igual que, en ocasiones, ir con las expectativas muy altas puede jugarte malas pasadas, otras veces la ausencia de estas te depara grandes sorpresas. Y ese ha sido el caso con “La última mirada de Goya”. No tenia ni idea de lo que iba a encontrarme, ya que es la primera vez que leo a Javier Alandes, así que la sorpresa ha sido aun mayor al descubrir la que ha sido una de mis lecturas favoritas del año. Mezcla magistral de ficción y realidad, con una ficción tan bien integrada que perfectamente podría haber sido real, y en la que la conjunción de todos sus elementos hace que solo pueda calificarse como NOVELÓN.

En 1888, el cónsul español en Burdeos se dispone a repatriar a España el cuerpo de Francisco de Goya, fallecido sesenta años antes en el exilio. al abrir su tumba se descubre que esta ha sido profanada y que el cráneo del pintor ha desaparecido. de averiguar su paradero se encargará Gilles Leland, el mejor detective de París. al tiempo que este lleva a cabo su investigación, viajaremos a 1828, durante los últimos meses de vida del pintor, en los que deberá enfrentarse a un complot que pretende acabar con su vida y la de otros exiliados españoles

Me fascinan las historias que tratan sobre el mundo del arte y las vidas de los artistas, así que desde el primer momento supe que “La última mirada de Goya” era para mí. Aunque su comienzo es un poco pausado, dedicando casi 100 páginas a la presentación de personajes y a colocar todas esas piezas en el tablero, no os desaniméis, porque la espera merecerá la pena. Una vez que se empiezan a intuir las relaciones entre las distintas líneas abiertas ya no podréis dejar de leer.

Alandes crea un vívido retrato de una época y un lugar, Burdeos, que se despliega ante el lector como si de un personaje más se tratase, haciéndote sentir que estás recorriendo sus calles, sus cafés y chocolaterías, acompañando a unos personajes dotados de un tremendo carisma que consiguen, sin excepción, atrapar al lector. Todos están fantásticamente caracterizados, y están provistos de una personalidad y un carácter único, teniendo cada uno de ellos voz propia. Además de Goya, el cual cobra vida delante de tus ojos a medida que vas leyendo, destaca el personaje de Boscoscuro, un villano con corazón, que se va humanizando conforme avanza la historia

La novela no solo destaca por sus personajes, si no también por las relaciones que se establecen entre estos, creándose arcos de personaje que evolucionan de manera notable a lo largo de la historia. La mayoría de estas relaciones tienen como denominador común el amor, ya sea el amor romántico, en sus inicios o cuando se acerca el final (la relación entre Goya y Leocadia me sacó más de una sonrisa, ya que eran de esas parejas que se llevan como el perro y el gato, pero que en el fondo no pueden vivir el uno sin el otro); el amor por el arte y el deseo de honrar al artista; o el amor paterno-filial, que ni siquiera requiere de un parentesco de sangre para desarrollarse.

El personaje de Goya y el hecho histórico real del que parte la novela, son lo suficientemente interesantes como para, una vez finalizada la historia, querer saber más acerca del pintor y sus últimos. Narrada con un estilo y un gusto exquisito, “La última mirada de Goya” es la combinación perfecta de historia, aventuras, intriga, arte y amor. IMPRESCINDIBLE.

Y ahora, si me disculpáis, Sorolla y los guardianes del Prado me esperan 😊.

Javier Alandes perseguirá con La última mirada de Goya el rastro de la cabeza perdida del famoso pintor. Javier quien con éxitos como Los guardianes del Prado o Las tres vidas del pintor de la luz ahora regresa con una novela basada en el hecho real de la desaparición del cráneo de Goya de su tumba en Burdeos, Alandes compone una novela vertiginosa, ágil y vibrante, que aúna realidad y ficción, acción y emoción, profundamente adictiva, que habla de la capacidad redentora del arte y el afán de salvaguardar todo lo que representa.

Primera toma de contacto con la pluma de Javier de la que tenía altas expectativas, ya que aborda temas y época que me suelen gustar mucho como es la vida de un pintor como el gran Goya, una trama bien original como es buscar su cabeza y además aderezada de personas que intentan acabar con su vida. ¿ que puede salir mal con estos ingredientes? Pues es cierto que poco podría salir mal pero debo confesar que me ha costado meterme en el libro más de lo que imaginé leyendo los primeros capítulos y que no por su extensión , ya que de sobra sabéis que adoro las novelas contundentes, ha sido más por la impresión de tener varios capítulos de relleno que me daba la sensación de no ir avanzando.

Pero hablemos de lo que si me ha encantado como ha sido la costrucción de cada uno de los personajes. Javier ha dotado a cada uno de ellos de una personalidad y una voz importante en la novela, he adorado a Juliet desde el mismo inicio, una muchacha que desde el primer capitulo impuso su carácter y su dignidad o como ha conseguido perfilar a Boscoscuro de manera magistral. No quiero olvidarme de ninguno de los personajes ya que cada uno de ellos de alguna u otra manera aportan mucho a esta novela.

Otro punto a destacar es la ambientación de la novela que ha sido excelente. La trama también la he disfrutado pero con esa sensación pegada a mi en todo momento de sentir que leía y no avanzaba.

En conclusión, un libro que me ha gustado leer para conocer los últimos años de vida de Goya en Burdeos e imaginar al gran pintor por sus calles asistiendo a espectáculos taurinos o sentado en la chocolatería Braulio Poc confraternizando con otros españoles exiliados y por supuesto pintando sus grandes obras. Un libro que recomiendo a los amantes de la novela histórica del que nos acercará un poquito más a la vida del pintor y a su última mirada.

Todo el mundo que quiere leer una buena novela histórica sin lugar a dudas debe leer LA ÚLTIMA MIRADA DE GOYA, de Javier Alandes, un autor que con cada novela que escribe demuestra que va a más y que escribe lo que todo lector que le gusta emocionarse con una historia quiere leer.

La novela es de las que a uno le gusta recomendar con la boca grande y que, al final desgranando sus peculiaridades, estas terminan dando la razón de tanto entusiasmo. La trama comienza con un misterio, exhumados los restos del pintor Goya para su repatriación, el embajador encargado de dicha misión descubre con horror que en la tumba hay dos cuerpos y que el que con toda probabilidad pertenece al pintor le falta el cráneo. Comienza aquí una de las líneas argumentales donde un detective francés algo peculiar intentará descubrir que ocurrió con la calavera de Goya. En la otra línea argumental viajaremos al pasado para vivir en casa del artista, conocer sus últimos días y descubrir su personalidad y a los que le rodean.

Para ello, Alandes utiliza a un joven guardaespaldas contratado tras un atentado a un grupo de exiliados españoles. Estos le contratan para que proteja al pintor y es aquí donde seremos testigos de una relación que nos acercará en primera persona a uno de los genios mundiales de la pintura.
Nada o casi nada que objetar a esta novela con una documentación empleada al servicio de la narración de forma maravillosa, unos personajes llenos de aristas, interesantes que forman una novela coral en torno a Goya que no cede tiempo a momentos valle. El carisma y la personalidad de sus protagonistas nos llevan a sentir su lado humano y pocas veces una novela de ficción basada en hechos reales nos dejará con ese regusto a creer que la ficción se convierta en realidad.

Una novela que es una mirada a Goya que nos devuelve el reflejo en el espejo de una aventura literaria con misterio, pasión, citas para la posteridad, acción, amor y mucho sentimiento.