La chica del lago

Nos encontramos ante una historia algo extraña. Cada capítulo está narrado por uno de nuestros protagonistas, por lo que podemos leer sus pensamientos, lo que siente, como ve las cosas...Eso es interesante, pero a la vez no me ha gustado del todo.

Los pensamientos de los protagonistas no me han terminado de hacer el peso. En su amplia mayoría me han parecido que no tenían sentido y simplemente estaban ahí por estar. Quedan bastante extraños y forzados en muchas ocasiones, y en otras tantas nuestros protagonistas le dan vueltas a lo mismo una y otra vez, haciéndose muy repetitivos.

Por otro lado, reconozco que me gusta ver cómo ven y sienten las cosas Sacha y Jewel. Es muy interesante leer como percibe cada uno una situación y que sentimientos provoca en ellos.

Es una historia algo dura a la par que tierna, y sobretodo realista ya que nos habla de varios temas como la pérdida de un ser querido, la importancia de la familia, la amistad...Que nos hacen reflexionar y replantearnos las cosas. Contamos, además con una pequeña dosis de humor que hace que la lectura sea más fácil y llevadera.

Como digo es dura y a veces algo cruel, pero esperaba un poco más. Esperaba que me llegara más al corazón, que fuera conmovedora, pero realmente me ha sido bastante indiferente y no he llegado a empatizar con los protagonistas.

El amor me gusta como esta tratado pero no me parece creíble. Una vez más nos encontramos ante un instalove, y en apenas unos días ya están locos el uno por el otro. Esto me resulta difícil de creer, y más con sentimientos tan profundos...no me lo puedo ni imaginar ni creer. Por otro lado me gusta como lo trata la autora y en general es bastante bonito.

El final no me convence mucho. No me parece un final de un libro, sino de un capítulo. Es abierto y realmente no se explica casi nada, lo que hace que te quedes con muchas dudas. Lo peor de todo es que es un libro autoconclusivo, así que nunca sabremos cómo acabarían las cosas.

Los personajes principales están bien desarrollados, pero no he conectado con ellos. Jewel no me ha convencido, no me gusta mucho como actúa la mayoría del tiempo y no destaca por nada, no te llega al corazón. Sacha me ha gustado más, pues es gracioso y divertido pero por otro lado tampoco me gusta cómo actúa a veces. de los secundarios destacaría a Little Al, me ha encantado. Es gracioso, divertido, fiel, muy buen amigo y muy buena persona. También está True, pero ella en cambio no me gustado en especial. No entiendo su forma de pensar y de actuar muchas veces, y su carácter me chirría un poco.

El amor no se demuestra hablando, ni aún escribiendo, el amor solo puede existir, porque dos personas deciden que lo haga.
El amor puede surgir de la nada y no necesariamente aparecer donde parece inevitable.
El amor es el mayor motor y la mayor fuente de dolor.
Bowe escribe sobre personas comunes, no sobre personas normales, pero quién es, o al menos se considera normal. Sus personajes poseen sus peculiaridades, que pueden ser aceptadas, e incluso apreciadas , y eso las acerca un poco a la normalidad, eso los convierte en entrañables, en adorables e incluso en amables.
Esta novela es una novela juvenil, una novela romántica, escrita con un lenguaje pausado, que va dejando su impronta en la mente del lector. Y, aunque es una historia de amor, tierno, límpido, toca temas escabrosos, la muerte, la culpa, el suicidio, y temas que suelen soslayarse o evitarse en otras novelas del género, la homosexualidad, el abandono , las adicciones . Las enfermedades terminales. de manera tan clara y directa que resultan “como llevar una mano al aire “
Narrado desde la perspectiva de Jewel quien ha pasado por múltiples muertes, mucha soledad, y una tremenda sensación de abandono e inadaptacion, quien al regresar a su casa materna, a sus raíces, al origen de sus actuales traumas , rescata a Sacha de ahogarse en el lago, como signo de redención, de expiación, pero también de culpa y conflictos nunca resueltos.
Y desde el punto de vista de Sacha, quien ha debido cargar con una condena y estigma, que oculta pero no puede evitar, fuente de sus inseguridades.
campean por el instituto, las relaciones de amistad, los conflictos juveniles, los amores platónicos , los amores juveniles destinados a perdurar, pero no a durar, amores que duelen, tanto como hacen felices, que saben a traición y culpa, sin existir ninguna de ambas.
ineludibles las comparsas al y su exótica familia, True y su determinación,
Con un final abierto, que resulta perfecto, pues evita el cliché melodramático
Leer a Steph Bowe , me ha dejado como niño con los bolsillos llenos de canicas, pero con la idea de haber perdido mi favorita. me ha tomado en el momento preciso y ha traído reminiscencias de hechos dolorosos ( la muerte de un familiar ) sin acercarse, ni por asomo a la típico autoayuda disfrazada. O a la mal aplicada tanatologia , ambas carentes de espacio en este lugar .
Steph Bowe . Talentosa pero...tempranamente malograda escritora,

'La chica del lago' ofrece una lectura que no deja indiferente a nadie: una historia aparentemente juvenil, con adolescentes que rozan la mayoría de edad y, por ende, adquieren las primeras responsabilidades de los adultos, pero que se topan con la inevitable llegada de la muerte. A través de los ojos de Sasha y Jewel somos testigos del avance de una enfermedad irrefrenable y la erosión que ello comporta en la vida de quienes les rodean, tanto en optimismo como en esperanzas respecto al mañana. Duro y cruel, Bowe se limita a mostrarnos que la realidad también puede encontrarse en un libro y resumirse en dos conceptos: Tempus Fugit, "El tiempo vuela", y Carpe Diem, "Aprovecha el momento".

Pese a que la historia que nos relata Bowe sea lineal y previsible, ya que no tiene más misterio que la cuenta atrás de una vida, la novela brilla por sí sola a través de una narración cautivadora y brillante sobre los sentimientos de cada uno de los personajes respecto a la enfermedad de Sasha. Aunque es un relato a dos voces y siempre lo vemos desde la perspectiva de los protagonistas, a partir de conversaciones y comentarios también sabremos cuáles son las intenciones de los secundarios para sobrellevar esta maldición. En las concisas páginas que conforman este relato, veremos pasar un sinfín de sensaciones y desgarradores confesiones sobre la noticia protagonizada por esta fugacidad de la vida: desconcierto, rabia, impotencia, optimismo y aceptación de la catástrofe.
Los personajes que pululan por estas páginas son cercanos y reales, si bien también conservan una pizca de ironía y algún que otro comentario ingenioso sobre la vida misma. En un primer plano están los protagonistas, Jewel y Sasha, que pese al pasado trágico y el recuerdo constante de su desdicha, aceptan con cierto humor amargo la noticia, salvando langostas o robando gnomos de jardín para sobrellevarlo; los secundarios se componen por familiares y amigos, aunque el foco de atención recae sobre los padres protagonistas y Little al y True, amigos de Sasha, que se encargan de poner el abanico restante de opiniones e incluso cierta poesía a las palabras.

Pese a todo, Bowe destaca tanto esta cautivadora historia que no presta tanta atención a fallos significativos en personajes y trama. Tanto Sasha como Jewel son protagonistas tremendamente planos que ocupan todas sus cavilaciones en los mismos pesares: la muerte de Ben y la leucemia. El dúo no avanza en ningún momento y se encierra sin dudarlo en su propia miseria, hasta que, concienciados de la fugacidad del tiempo, deciden aprovechar cada minuto y atesorarlo. Irónicamente, personajes secundarios como Little al o True consiguen cierta evolución y madurez ya que aceptan la desdicha que se les viene encima y deciden continuar adelante.

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