Hijo de un bastardo

o sé muy bien cómo reseñar este libro, porque no es una novela, tampoco una biografía. No tengo muy claro lo que es. ¿Una mezcla? ¿Ninguna de las dos cosas? La historia está basada en hechos reales del propio autor, quien relata, con una sencillez y una verdad que resultan hirientes, cómo descubre qué papel jugó su padre en la Segunda Guerra Mundial mientras le toca seguir, como periodista, lo que ocurre en el juicio a Klaus Barbi, el Carnicero de Lyon.

Hay historias que te tocan profundamente. Las lees y sabes que eso que tienes entre manos te va a cambiar. Por lo que cuenta y por cómo se cuenta. Porque hay una verdad que es como una losa que te cae sobre el dedo gordo del pie. No la ves venir y te aplasta. Te duele, pero no puedes sino abrazarla. Este libro es así. Digo que no es una biografía porque no estoy seguro de si lo es. Es un relato biográfico en tanto en cuanto habla de ciertos momentos en la vida, pero no es una biografía al uso, sino otra cosa. Es como si te sentaras con un amigo en una cafetería y le dejaras hablar, y escucharas con el corazón en un puño lo que te va contando, eso que le ha pasado y que tanto daño le ha hecho. ¿Es esto una biografía? Yo creo que no, pero tampoco sé definirlo.

Hay historias que son heridas abiertas que supuran alma. Este libro es así. No puedes acercarte a él con el móvil en la mano, las conversaciones alrededor sobre cosas que no importan y la tele puesta. No es de esos libros. No creo que nadie pudiera leer 'El diario de Ana Frank' con el Sálvame de fondo. Es imposible, como si intentaras mezcla el aceite y el agua. Este tipo de historias que supuran alma son así. Requieren unos prolegómenos, un sentarse de determinada manera, una preparación mental para lo que te vas a encontrar, un determinado pulso, más o menos agitado, porque no estás leyendo el amor entre dos adolescentes, sino la vida misma siendo cruel. Uno no se prepara para la guerra de la misma forma que lo hace para ir a comprar comida.

Por eso este libro es especial. Te toca, te rebana los sentimientos, los aplasta. Te sacude, te coge de la solapa y te suelta un meneo. Es como un puñetazo en el plexo solar. No puedes acercarte a la historia y salir indemne, no creo que eso pueda ocurrir si vas a leer de verdad, porque lo que se cuenta hiere. Hay una verdad absoluta en la historia de Chalandon. Durante toda la lectura he querido darle un abrazo y llorar con él.

¿Quieres que te diga lo que pienso del libro? Te lo diré: es un pedazo de historia que te va a revolver por dentro como si fuera un virus, te va a sacar todos los sentimientos que te niegas a ti mismo/a, y va a ponerlos sobre la mesa para que puedas verlos y analizarlos. No será dulce, pero sí necesario. Ni siquiera sé cuánto ha debido costar escribir una historia como esta. Si escribir es arduo, cuesta, parir este libro ha debido de ser como pasar cinco cánceres seguidos.

No puedo dejar de recomendártelo, pero va con una advertencia: si vas a leerlo sin meterte de lleno en el lodo, mejor compra una revista.

Muy recomendable.
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