¿Viste ese libro que empieza de forma irónica tirando indirectas – pero ciertas- y luego termina haciéndote pensar en muchas cosas? Bueno, así es este libro. El traductor y crítico literario argentino Edgardo Scott comienza enumerando todas las características que tiene el Escritor Profesional, o EP, moderno: es -relativamente- joven, lee poco y mal, solo le interesa que de su obra se hagan críticas positivas, sabe posar bien para una selfie, no le importa nadie salvo él mismo, anhela ser monetizado y su kriptonita es el fracaso (entre muchas otras más). Luego el tono de los ensayos se vuelve más ser serio y se divide en seis partes: Visibilidad, Literatura y corrección política, Notas sobre la lectura y la crítica literaria, Literatura y trabajo I y II y, por último, Contra los escritores. Personalmente, Scott no se dejó nada “fuera del tintero” al enumerar las problemáticas con las que se enfrenta la literatura actual; problemáticas de las que yo misma me venía percatando desde hace varios años. Toca el tema de los medios y la falta de lectura cuando se va a entrevistar a un escritor y las típicas “preguntas comodín”, la falta de atención a la lectura, por ende “saboreamos poquito, gozamos poquito y entendemos poquito”; la existencia de los 𝑠𝑒𝑛𝑠𝑖𝑡𝑖𝑣𝑖𝑡𝑦𝑟𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟𝑠 (de los que no estaba enterada) para que un libro no ofenda a nadie y sea políticamente correcto, la relación entre literatura y política, la censura, la cultura de la cancelación y muchas otras cuestiones que me dejaron reflexionando. Scott menciona incluso el tema -o escándalo- del famoso (infamous?) tweet de J.K. Rowling y se apoya en lo dicho por otros escritores de renombre de diversas nacionalidades que, ya hace décadas, se cuestionaron algunos asuntos con respecto a la literatura y el oficio/trabajo del escritor. de pasada habla mínimamente también de los bookstagrammers, los influencers y los creadores de contenido. Si quieren una lectura ligera pero reflexiva les recomiendo este libro de ensayos. Nota aparte: todos los libros de Godot tienen en la primera página una ilustración (hecha por Max Amici) del autor, pero en este caso, como homenaje, hay una ilustración de Rodolfo Walsh. + Leer más |