El violín de Goebbels

MI IDEA PERSONAL:

Gracias a Babelio por permitirnos participar en una nueva edición de masa crítica y también a Duomo Editorial.

El violín de Goebbels es un libro de esos que enseguida atrapan mi atención, promete descubrir una historia fascinante que envuelve 2ª guerra mundial y música, 2 temas que sin duda me interesan, además el propio título inserta el nombre del ministro de propaganda nazi, para mí uno de los pilares básicos para que el pueblo alemán confiase en Hitler, Goebbels se convirtió en el gran experto en Marketing antes incluso de inventar la palabra, el gran manipulador de la época al que se le atribuye la famosa frase: Miente, que algo queda.
El libro viene narrado en primera persona, pero esta narración no la realiza la propia protagonista que se supone que es Nejiko Suwa, ya que en el libro se narra su historia, sino que la narración se realiza por un trompetista que intenta descubrir a quién perteneció el violín que Nejiko Suwa, joven violinista japonesa y con gran proyección, recibió como regalo de manos del ministro nazi Joseph Goebbels, un regalo que se convirtió en un símbolo de la unión entre Alemania y Japón. Supuestamente este violín era un Stradivarius requisado en el expolio nazi a un músico judío, de ahí que la investigación tenga por objeto la restitución del instrumento a la familia del dueño original.

Esta narración a pesar de ser en primera persona tendrá un carácter omnisciente ya que gracias a las regresiones y al conocimiento que dotan los diarios personales de Nejiko al narrador la historia adquiere un carácter universal.

Una vez recibidos los diarios de Nejiko el libro se desarrolla en 4 partes, comienza con una primera parte, Fantasías (1943-1944) que se desarrolla en París, ciudad donde Nejiko intentará continuar su formación.
La segunda parte, Fugas (1944-1945) se desarrolla en Berlín- Bedford. La tercera parte, Persecuciones (1945-1946) se desarrolla en Berlín y Tokio, para finalizar con una cuarta parte, Pantomimas (1946-1951) en Tokio - Los Ángeles).
El nudo de la historia va a mostrarnos la vida de Nejiko Suwa, una vida que en principio y a pesar de sus viajes y su reconocimiento como instrumentista prodigiosa, no va a resultar más que plana y llena de sombras, la mayor de las tachas de su vida comienza con el regalo que recibió, ya que durante toda su vida va a tener que lidiar con la pregunta de si debió aceptarlo, aún teniendo en cuenta que no tenía mucha opción ya que precisamente ese violín no era más que un instrumento, y nunca mejor dicho, político para sellar una alianza entre 2 países en guerra, pero a ella esa duda ese sentimiento de culpa la afectará hasta tal punto de que no llegue a conectar con el violín ya que siente que el instrumento está en manos ajenas.
Prácticamente la novela desarrolla ese sentimiento que se ve acrecentado cuando las investigaciones de los periodistas intentan destapar a quién perteneció ese violín, la propia Nejiko intentará descubrirlo para así poder llegar a desarrollar esa sinergia con el instrumento que no sentía, en esa búsqueda llegará a descubrir que es posible que el violín ni siquiera se trate de un Stradivarius sino de un Guarneri, también llegará a incomodar al régimen nazi con las preguntas sobre el origen del violín.

Otro de los pesares con los que vivirá Nejiko es saber que la pueden relacionar una vez terminada la guerra con los ideales de los vencidos, ya que en su vida siempre ha estado rodeada de los líderes del Eje y ha tocado para ellos, pero ¿acaso tenía elección? y ¿la música entiende de ideales?.

Unas circunstancias que llevaron a la violinista a dejar de tocar en público.

CONCLUSIÓN:

En general El violín de Goebbels no ha resultado lo que me esperaba ya que en definitiva no esclarece mucho el misterio que plantea en un inicio sobre el origen del regalo del ministro Goebbels a Nejiko Suwa, sino que más bien desarrolla el sentimiento de Nejiko y su relación con el instrumento, por lo que la novela a veces me ha parecido falta de trama interesante y con un ritmo un tanto sobrio.

Si bien la trama se refuerza por el hecho de ser una historia real creo que le ha faltado un poco más de interés dejándome la sensación de haber leído más un artículo literario ya que de lo que no hay duda es de que el autor ha realizado una muy importante labor de investigación, si bien no es ninguna novedad el expolio que realizaron los nazis allá por donde pasaban (muchos objetos se han conservado gracias a que los valoraban y los guardaban porque otros invasores lo que han hecho es destrozar todo los pillaban a su paso) .

Se lo recomendaría a personas a las que les interesan las biografías y los aspectos más desconocidos de las muchas historias que dejó la segunda guerra mundial, sobre todo me han impresionado mucho los detalles de los aspectos más salvajes de la guerra en el tratamiento de los japoneses hacia los chinos, no tan conocidos como los de los nazis.

Me quedo con la reflexión de cómo a veces un simple acto puedo llegar a afectar el resto de la vida de una persona.

¿Puede un regalo cambiar para siempre la vida de una persona?

Como curiosidad añadir que hoy en día el violín pertenece a el sobrino de la violinista pero se niega a cualquier autentificación del instrumento.


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Nejiko Suwa (1920-2012) fue una violinista japonesa cuyas dotes artísticas (según la crítica de la época era extraordinaria) quedaron relegadas mientras su fama crecía por haber recibido de manos de Goebbles un violín cuya procedencia siempre estuvo en entredicho. ¿Fue ese violín confiscado a un violinista judío como muchos otros instrumentos musicales lo fueron durante la guerra? ¿Era realmente un Stradivarius como el mismo Goebbles se encargó de anunciar? ¿Hasta que punto era conocedora Nejiko de todo lo que rodeaba a este regalo?
Estos son algunos de los argumentos con los que Iacono escribe una biografía novelada muy entretenida que muestra el impecable trabajo de documentación que el autor llevó a cabo durante tres años. Trabajo que le llevó a consultar archivos en Francia, Alemania y Japón.
Aunque el autor no ha querido posicionarse y mostrarnos una Nejiko claramente pro nazi o antisemita, lo cierto es que en algunos momentos el subconsciente le delata (eso creo yo) y nos presenta un personaje más allá de la ambigüedad que pudiera suponer no atreverse a rechazar un regalo de una figura tan imponente como el ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, “Nejiko lo aprendió de Goebbles: la guerra y su continuación son sólo cuestión de comunicación y propaganda controlada”.
Al margen de las filias y las fobias que todo escritor tiene, Iacono es capaz de mostrar la II Guerra Mundial desde una perspectiva diferente a lo que ya conocíamos, y es de agradecer. La confiscación de obras de arte a las familias judías es algo de lo que se ha escrito largo y tendido, pero de instrumentos musicales, ni siquiera de música, en ese período ya sabemos menos. A través de esta historia conocemos que los violines tienen alma, que los lutieres son los médicos que las pueden sanar, las almas, tanto las de los instrumentos como las de las personas, que Nejiko Suwa fue una víctima tanto de los nazis como de los aliados que, al terminar la guerra, quisieron utilizarla, como anteriormente lo había hecho el régimen nazi, para blanquear la nueva política. de ahí que la frase que pone en bocas de la violinista cuando habla con MacArthur sea crucial para conocer al personaje: “Perdóneme, pero la música es sólo música, no tiene nada que ver con la política. Los políticos se apropian de ella para los fines que los convienen (…) Verá, allí donde un maestro como Furtwängler diría que Beethoven representa el punto de encuentro entre el Yo y la humanidad, los políticos entienden lo que quieren entender… Y sobre todo lo que pretenden hacerle decir…” ¿Es Nejiko la que habla, o lo hace Iacono para ponerse, en esta ocasión, de su parte?
Nejiko llegó a ser solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín, cuando dio su último concierto el 11 de abril de 1945 estando presentes Adolf Eichmann, Albert Spear (Ministro de Armamento), Goebbles, o Richard Strauss quién dirigió personalmente el final de El crepúsculo de los dioses. Esa noche también estaba Oga Koshiro, el adjunto a la embajada nipona que, según la novela, se convertiría en amante de Suwa durante su arresto en Estados Unidos, un arresto de lujo lo calificaron algunos, ya que el gobierno estadounidense alojó a los integrantes de la embajada en el Bedford Springs Resort mientras se anunciaba la rendición incondicional de Hirohito.
Nejiko Suwa, considerada una niña prodigio, pasó a la historia por haber aceptado, con dieciséis años, un extraordinario instrumento de manos de un genocida en mitad de una guerra mundial. al parecer, la intención del escritor francés no era convertirse en periodista o policía, ni siquiera juzgar los hechos sino preguntar al lector: ¿qué hubieses hecho tú?
Emocionante, muy interesante, y con las dosis adecuadas de intriga que te hacen querer seguir leyendo la historia de Nejiko Suwa hasta el final. ¿Qué parte es real, y cuál es ficción? Ella murió en 2012 sin revelar quién fue el anterior dueño de un instrumento que ella supo dominar para extraer belleza en un mundo que a su alrededor se desintegraba. Nunca le interesó saberlo. ¿Tenemos derecho a juzgarlo?

“El violín de Goebbels” es una novela en la que su autor, Yoann Iacono, rescata un episodio desconocido del expolio artístico a manos de los nazis. Novelando la historia de Nejiko Suwa, la prodigiosa violinista japonesa que quedo marcada de por vida por el valioso obsequio que recibió de manos del ministro de Propaganda nazi.

Un relato que arranca, en un tiempo actual, cuando un trompetista de jazz residente en París, recibe un paquete procedente de Japón, con el legado de unos cuadernos personales de Nejiko Suwa, la violinista más famosa de Japón.

Una historia que empieza en Berlín, concretamente la noche del 22 de febrero de 1943, en la que Joseph Goebbels, el ministro de Educación y Propaganda del Reich, le regala un valioso violín Stradivarius a la joven prodigio japonesa, en una ceremonia que cimentará la alianza germano-japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Dos naciones que coincidían en gran medida con una cultura autoritaria e imperialista y en la que concebían la música como un medio para promover sus políticas, así como un arma al servicio de la esclavitud.

Será gracias a las transcripciones recogidas en sus diarios, como descubriremos algunos de los pasajes en la vida de la pequeña Nejiko, desvelándonos qué motivos pudieron llevar a la joven a marchar de su Japón natal, donde creció e inicio sus estudios de la mano de su tía, la famosa violinista rusa, Anna Bubnova-Ono. Para tiempo después proseguir sus estudios en París, en el seno de la escuela de violín franco-belga, donde completo su formación con Kamensky, uno de los profesores más célebres del mundo.

Los primeros días de Nejiko con su Stradivarius son de euforia, pero lo cierto es que la armonía entre ella y su violín no funciona. Su mente se mina de todo tipo de pensamientos negativos en los que se cuestiona si es digna de él, sucumbiendo a un sentimiento de desarraigo e impotencia con el violín que le llevará a un bloqueo constante. Es como si aquel violín tuviese alma y se resistiese a ser tocado por otras manos que no fuesen las de su dueño.

Así la acompañaremos de gira por media Europa en guerra, como solista habitual de la Orquesta Filarmónica de Berlín, volcada únicamente en su guerra personal y obsesiva por domesticar su preciado violín. Dejando entrever sentimientos ambivalentes: el orgullo de llevar una gran vida, pero también el miedo y la angustia por los rumores que se ciernen sobre el codiciado violín

Estamos ante una novela en la que la Música cobra especial protagonismo y en la que su autor se atreve a explorar el vínculo existente entre el arte y el poder. Será a partir de un extracto de la prensa londinense, como Nejiko tomará consciencia de como el arte adopta una dimensión política, que suscita la desconfianza en los países extranjeros. Lo que la llevará a cuestionarse ¿qué papel jugó el regalo de Goebbels en su nombramiento como solista?, ¿es solo la calidad de su interpretación lo que le ha valido su lugar en la Filarmónica o hay otras razones?. Unas preguntas que se irán tiñendo de un sentimiento de culpa por haber usurpado el lugar de otra persona, y que le acompañará hasta el final de sus días.

En sí, Newjiko es un personaje que vive ajena a lo que ocurre en el resto del mundo, volcada únicamente en proteger y domesticar su preciado violín. Razón por la que no he podido evitar tener sentimientos contradictorios con su protagonista. Pese a ello, prefiero pensar que solo fue una víctima, que eligió un modo egoísta de sobrevivir a toda aquella barbarie.

En definitiva, es una lectura de la que he disfrutado, permitiéndome descubrir una historia poco conocida y que me ha dado la oportunidad de contemplar los sucesos acontecidos durante la Segunda Guerra Mundial, desde una perspectiva muy diferente a la que estoy acostumbrada. Razón por la que os recomiendo esta lectura y en especial a todos aquellos lectores que sean unos apasionados de la música.
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MI IDEA PERSONAL:

Esta novela la comencé a leer con entusiasmo, ya que la portada me entró por los ojos, a pesar de que podrían haber elegido una mujer oriental, no una chica de largas trenzas pelirrojas.

La historia tiene 279 páginas, divididas en cuatro partes (“Fantasías”, “Fugas”, “Persecuciones , “Pantomimas” ) un “Final” y “Agradecimientos”.

El narrador es Félix, un saxofonista francés, que además de músico pertenece a la Brigada Musical de los Guardianes de la Paz de la Prefectura de la Policía francesa. Ve como de la noche a la mañana le encargan un trabajo de investigación: encontrar un violín Stradivarius perteneciente al músico judío Lazare Brawn, confiscado por los nazis cuando tomaron París.

La protagonista de la novela es Nejiko Suwa, una violinista japonesa que comenzó su formación musical en su tierra, para continuar sus estudios de violín con prestigiosos músicos en Europa, como Boris Kamesky, el cual la enseñó a tocar con su violín Stradivarius.

En plena Segunda Guerra Mundial, el 22 de febrero de 1943, la afamada violinista recibe un regalo del Reich Alemán. Es una ocasión para unir lazos con el nuevo aliado en la Guerra, Japón. El presente es un maravilloso violín del siglo XVIII que el ministro de propaganda alemán, Joseph Goebbels entrega a Nejiko en una ceremonia en la cual la muchacha se siente halagada y abrumada a partes iguales. Sin embargo, como aparece en la novela, “ los violines tiene alma, pero también tienen memoria”

Lo que desconocía Nejiko en ese momento es que su espléndido violín podría pertenecer a uno de los numerosos judíos que los nazis apresaron y enviaron a campos de concentración. Su violín ya tenía un dueño y a ella le resultaba muy difícil “domesticarlo” A pesar de que lo protegía con uñas y dientes y no se separaba de él, tocar su valioso instrumento le trajo no pocos dolores de cabeza. No era únicamente el hecho de tocar mejor o peor, si no que empezó a sospechar cuales eran los auténticos orígenes de su nuevo violín. Eso la atormentaba, pero no hizo nada al respecto. Nejiko llevó una vida de lujos y comodidades, durante la guerra y después de ésta. Primero protegida por los nazis, y luego, tras el fin de la contienda, por los americanos.

Quizás lo que más me ha gustado de la historia es la aparición de los diferentes cargos alemanes, como Joseph Goebbels o Henri Guerik, musicólogo alemán encargado de gran parte del expolio artístico atribuído a los nazis. Otros, como el director de la orquesta filarmónica de Berlin, Wilhem Furtwäter, a pesar de quedarse en la Alemania nazi , nunca fueron afines al régimen.

Los personajes japoneses que acompañan a Nejiko en la trama son el embajador Hiroshi Oshima, Oga Koshiro ,su madre y su tía Anna Dimitrievna, que a pesar de ser rusa, vive en Japón huyendo de Stalin. También aparece en escena el Emperador de Japón Hiroito.

CONCLUSIÓN:

La primera parte de la novela es más aburrida, en mi opinión. Cuando comienza la tercera parte, “Persecuciones”, es más fluida y entretenida. Aun así el libro no me ha dejado huella. A pesar de ser un tema interesante, con el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial, la alianza entre Alemania y Japón, la postguerra tan difícil para los supervivientes de las ciudades bombardeadas…la novela no acaba de convencerme. Tampoco ayuda que la protagonista me parezca una egoísta y demasiado ambiciosa, más preocupada por su virtuosismo al violín que por la situación que vive el mundo que la rodea, a la que la procedencia de su violín, más que por cuestiones morales, le preocupa por si mancha su buen nombre.

La figura del narrador, el saxofonista francés, es del todo anodina, sus apariciones no aportan gran cosa. El final es correcto, intenta ser más sentimental, sin lograrlo. Lo recomiendo para todo el público, sobre todo a los amantes de la novela histórica y con aficiones musicales.
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Un descubrimiento en toda regla este Violín de Goebbels primera novela de Yoann Iacono donde seguiremos la vida de la violinista japonesa Nejiko Suwa a partir del regalo de un Stradivarius que le hace Joseph Goebbels como ofrenda al hermanamiento germano-japonés antes del inicio de la 2ª GM.

La historia narrada desde la perspectiva de una persona (mantendremos el misterio) que conocía anteriormente a la propia Suwa y que recibe de ella los cuadernos donde durante décadas ha escrito su diario.

A partir de estos diarios el autor sabe manejar a la perfección la historia, utilizando diferentes registros como los propios diarios, utilizando al propio narrador para dar más detalles que él conocía de la violinista, así como información más genérica de los sucesos históricos que iban rodeando sus vivencias.

La narración en todo momento es rápida, sin ser trepidante, consigue que el personaje de Suwa atrape desde un primer momento y genere el misterio suficiente para saber que fue de ella y del violín, con alguna que otra sorpresa inesperada.

El autor consigue que nos traslademos a esa época, que parece que él mismo la viviera a través del alter ego del narrador-investigador y nos va mostrando la evolución personal y emocional de Suwa, pero que al mismo tiempo es capaz de hacerse preguntas incómodas que quedan trasladadas al lector. Durante la narración podremos vivir que aunque el mundo estaba en guerra, seguían habiendo conciertos por los auditorios más importantes de Europa, la relación de los músicos más importantes del momento con las autoridades nazis y las tensiones que podía llegar a generar todo esto con las altas esferas. Los personajes secundarios a parte del propio narrador son tanto de ficción como históricos pero no tienen excesivo peso específico en la trama de la obra.

Una historia con la que recorremos una de aquellas partes de la historia de la 2ª GM y de la primera mitad del siglo XX menos conocidas, que han quedado sepultadas por tantos y tantos hechos históricos más importantes, pero como se dice muchas veces la pequeña historia es la que forma la historia que todos vivimos. Una historia personificada en una violinista pero que del particular quiere hacer recuerdo sobre el robo de millares de instrumentos musicales, partituras y otros elementos del mundo musical que quedo mucho más oculto que otros de similares como las obras de arte de los que se ha escrito y filmado mucho más.


Estamos frente de uno de esos libros altamente recomendables, que nos muestra una parte de la historia pero sin ser un libro de una carga histórica abrumadora, más bien lo contrario, una fino velo que va acompañando una historia real, llena de humanidad y de preguntas, valga la redundancia muy humanas y certeras.

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