El paraíso del diablo

Viajamos a Hollywood en el año 1927 donde una famosa actriz de cine mudo que ha puesto fin a su vida tomando unas pastillas tras un desengaño amoroso. Actualmente estaba rodando El paraíso del diablo, una producción de la que corre el rumor que está maldita, por lo tanto...¿Realmente se ha suicidado? La encargada de resolver este misterio es Mary Rourke, solucionadora de estudios de Hollywood, encargada de encubrir la verdad a los jefes de los estudios televisivos.

En otra línea temporal conocemos a Paul Conway, un historiador de cine y ferviente aficionado al cine mudo va tras la pista de la famosa película El paraíso del diablo. Una grabación considerada maldita de la que solo existe una copia. Contratado por una persona que desconocemos, sus investigaciones le llevarán a buscar dicha película al desierto de Mojave, un hotel aislado donde alberga un solo ocupante.

La lectura tiene un buen comienzo, un misterio, un crimen y muchos secretos que se esconden detrás de una producción de Hollywood. Por ello esperaba bastante de esta novela cosa que no ha sido así...

La ambientación me ha gustado bastante. Diferentes líneas temporales con tramas que se entrelazan pero que han ido de menos a más, ¿alguna sorpresa? si pero no han sido de gran sobresalto.
Un sin fin de personajes donde muchos de ellos aportan poco o nada a la historia...

Con respecto al final si ha habido una parte que me ha convencido pero mantengo que es un libro al que para mi gusto le sobran páginas.

Cómo siempre digo... para gustos ¡Libros!

Este libro me ha gustado bastante pero a la vez sé que no va a ser del gusto de todos.
La historia tienen varias líneas temporales, siendo la principal la de Hollywood en 1927. Y es de ésta de donde bebe la ambientación y el ritmo. Con una trama lenta, con cierto aire a películas de gánster de los años 40, seguimos los pasos de Mary Rourke, una solucionadora convertida en una reticente detective que se sumerge en los bajos fondos de Hollywood.
Aunque hubiera mejorado algo más de ritmo, lo cierto es que lo he vivido como una vieja película, porque Russell ha conseguido una atmósfera brillante y sepia a la vez, muy cinematográfica.
Los cambios de escenarios, la trama rocambolesca y los giros, pero sobre todo ese ambiente, ha hecho que sea para mi una lectura gustosa. Pero, si te gusta el ritmo más rápido que impera ahora mismo, este NO es tu libro, se te va a hacer lento.