AVISO: Si no has leído “Las cenizas del Juramento”, no sigas con la reseña, tiene spoiler, que le quitarán emoción si decides leerlo. Esta segunda parte es mucho más sangrienta y cruel que la anterior, en parte porque incluye, en capítulos alternos, la historia de los Assurana, dioses y semidioses que se sirve de la sangre humana para conseguir sus poderes. Me han gustado mucho más los capítulos que se refieren a los personajes ya conocidos de la primera entrega de esta trilogía, posiblemente porque a algunos les había cogido cariño, pero admito que la vida de Ataru no tiene desperdicio y por supuesto, me declaro fan incondicional de su esposa, Aisha. Pero Doenal, Tarian, convertido en Príncipe de los Cuatro Vientos y Tahmuz, como aprendiz del Juramento, están en plena guerra contra el malo maloso y sus servidores. La trama no pierde fuerza ni velocidad en ningún momento. Incluso la intensidad sube un escalón en los momentos de batalla, convirtiendo la lectura en una auténtica montaña rusa, ya que baja al intercalar alguna que otra misiva enviada a un bando o a otro. El crecimiento de todos los personajes ya conocidos se nota página a página, pero lo que más me ha asombrado ha sido el final, me ha dejado literalmente sin aliento. Me ha parecido una secuela más que digna y sigo pensando que esta saga, a falta del broche final, es de lo mejor que he leído en meses, y que es una pena que sea tan poco conocida, la última parte ni siquiera ha llegado a la biblioteca de donde he sacado las dos primeras partes, pero… ¡necesito "La Sangre de los Dioses" ya! No tengo paciencia para esperar meses, así que me he puesto en contacto con una biblioteca pública de Chile y ¡Tachán!, ya puedo continuar. ¿Qué se le ocurrirá al autor para sorprendernos tras esta maravilla? Sin duda, si os gustan las novelas de fantasía épica, no lo dejéis pasar. + Leer más |