Casas de cristal

"¡SOBRESALIENTE! de la primera a la última palabra. Primera toma de contacto con la autora y que maravilla. Me tocará leerme todos los anteriores. Y es que Three Pines y el recién nombrado superintendente jefe, Armand Gamache, ya tienen recorrido a sus espaldas, aunque yo los acabe de conocer.

Un thriller que se va cocinando a fuego lento. Desde el inicio nos encontramos con un juicio donde la recién nombrada jueza y la fiscalía interrogan en calidad de testigo a Armand Gamache, como consecuencia de algo ocurrido en Three Pines. Todo parece tener relación con una extraña persona vestida completamente de negro, a semejanza con un cobrador del frac, que se plantó en el centro de la plaza del pueblo, sin moverse y sin decir ni hacer nada. ¿Qué querría?

El libro se centra en ese juicio y en los flashbacks que va contando Armand de lo ocurrido. Pero, ¿por qué el fiscal está tan a la ofensiva con él? ¿hay algo más que no sepamos detrás? Todo esto, dentro de un entramado de drogas y de misterio es lo que nos encontramos en un libro narrado a fuego lento y de forma majestuosa.

Sin poder contar más, uno de los mejores libros que he leído este año. Especialmente destacable el cómo se cuenta. Los personajes, sin haberlos conocido yo antes, muestran claramente sus personalidades y se empatiza con ellos. Y el suspense lo mantiene a la perfección la autora en todo momento. No diré más. Amantes del género, leer a la autora ya. Yo iré a por más.


Frases destacadas.

“Lo malo era que, una vez rozado el cielo, se podía caer de muy arriba”

“Pero a veces la comodidad es una ilusión: se disfraza de refugio cuando en realidad es una prisión”

“Es una buena pregunta. ¿Cuándo hay que utilizar los ases que tienes en la manga? Porque, cuanto más los retienes, más cuesta desprenderse de ellos. Si dispones de una sola bala en la recámara, ¿cuándo la usas? ¿Cómo reconoces el momento adecuado?”

“Las palabras revelaban los pensamientos de la gente, pero el tono revelaba sus sentimientos”