Aurelia, Aurélia

‘Aurelia, Aurélia' es una memoir de Kathryn Davis, autora estadounidense cuyas novelas (lamentablemente) no están traducidas al español. Esta lectura ha sido una experiencia curiosa porque mi camino habitual es leer novelas y, si tengo curiosidad, averiguar más tarde sobre la vida de quien las escribe. Tras leer estas memorias, y ver lo que es capaz de transmitir, conmover y crear a partir de los momentos cotidianos que pueblan la vida de cualquiera, me muero de ganas de saber qué puede hacer con el mundo sin fronteras que ofrece la ficción.
 
Me resulta difícil ordenar mis pensamientos en torno a ‘Aurelia, Aurélia', que es (casualidad o no), un texto fragmentario y que no sigue una estructura lineal. Se compone de textos cortos donde recuerdos, experiencias de su infancia, juventud y madurez, que se engarzan con reflexiones sobre literatura, música, cine y series (en concreto, sobre Perdidos) que giran, de una forma u otra, sobre el duelo, la memoria y el tiempo (no faltarán numerosas referencias a Woolf en este sentido). ¡Ahí es nada!
 
A pesar de que es un libro corto (menos de 120 páginas), la lectura me llevó bastante tiempo. Es un libro intenso (que no difícil), del que no quieres perderte nada, pero que juega al despiste con esa estructura pensada para sentirse desordenada, que lo hizo fue poner todos mis sentidos en alerta, y así leerla con mirada atentísima y corazón abierto.
 
Los capítulos van y vienen en el tiempo, llevándote de allá para acá en el mundo, para ir aproximándonos a la vida de la autora en un formato que bien responde tanto a cómo funciona la memoria, algo así como flashes desordenados, y también el proceso de duelo (no lineal, con altibajos emocionales, con revelaciones y recuerdos que salen a la luz cuando menos las esperas) que está en el core todos los capítulos.
 
Así, desde lo personal, desde retazos de la infancia, una vida de pareja en común, de viajes que lo cambiaron todo, de paseos diarios…habla del dolor universal de la pérdida, de alegrías y disgustos, de éxitos y fracasos, de amor y de cuando este se acaba… todo ello con una voz me ha conquistado.
 
Un libro donde a partir de la enfermedad y muerte ajenas, la autora pone el foco en ella, no en quien ya no está, en su vivencia, en su camino, su duelo, su dolor. El dolor que también supone el enfrentarse al inevitable y doloroso choque que es contraponer tu realidad, tu vida, con las ilusiones y sueños que una vez tuviste. Esto queda plasmado en un viaje que Davis realizó a Europa con dieciséis años en el barco Aurelia, que no solo da nombre al título, sino que será un elemento recurrente en toda la narración.
 
Un libro corto que contiene una vida. Un texto sincero y conmovedor, a pesar de la ausencia de escenas dramáticas, lleno de referencias. Sin duda, un libro al que volver, de esos con los que, en cada lectura, no solo ves cosas nuevas, sino que te encuentras con partes de ti que no esperabas.

Es difícil dar una opinión sobre Aurelia, Aurélia, así que empezaré por lo fácil:
Se trata de la autobiografía en la autora, en la que narra sus intereses de juventud (muy ligados a la literatura) y, sobre todo, el periodo de enfermedad de su marido. Y aquí comienza lo enrevesado, porque no lo hace de una manera lineal o cronológica. Davis se apoya en sus intereses por el budismo, por los cuentos de fantasmas, por Virginia Woolf o Lost para enlazarlos con estos pasajes concretos de su vida y la narración se vuelve realmente compleja.
He leído en bastantes críticas que el libro es poético, pero yo no lo he sentido así, sino más bien crudo, frío y analítico en ese intentar buscar la belleza de la escritura. Y el resultado me parece difícil: tanto de apreciar como de entender. Creo que es un texto personalísimo, lleno de autorreferencias y guiños internos. Lo he sentido casi como un mirar por la cerradura al interior de una vivienda, como la acompañante de un invitado a una fiesta que no conoce a nadie: como un sitio en el que no era bienvenida. No sé si sería la intención de la autora que fuese un texto tan críptico y complejo, y es posible que en una segunda lectura se capte más el sentido general de estas memorias (aunque no sé si tendré el valor de volver a pasar por este páramo sin víveres).

También siento que hay una inspiración intensa en eso que Woolf sabe hacer tan bien de describir el momento exacto, que a su vez es casi imposible de captar porque cada sentido de uno mismo está desconectado de los otros, y encima, el cerebro puede, a su vez, estar pensando en otra cosa. Pero eso, Woolf lo hace de maravilla. Aquí lo he sentido un intento que se queda en un mal ejercicio literario.

Me hubiese gustado decir algo mejor porque tenía altas expectativas, pero la realidad me ha atropellado.

Aurelia, Aurélia es una obra autobiográfica acerca de la vida de Kathryn Davis.
En ella nos cuenta en un tono poético fragmentos de su vida mezclados con reflexiones, anécdotas, referencias culturales, sensaciones y sentimientos.
Tiene ecos a Virginia Woolf, autora que Kathryn admira desde su infancia. En este libro se habla del duelo, de la vida que pasa mientras estamos ocupados planeándola, también del amor, del tiempo y de los recuerdos que nos abrazan por las noches.
Es un libro para leer y luego releer, fijarse en los detalles que seguro nos han pasado desapercibidos la primera vez y disfrutar del viaje y de las vistas.

Esta lectura me ha llevado más a mi propia existencia que a la de la escritora, y esto ha resultado ser, en una obra de este tipo, muy gratificante. Es la obra más extraña que he leído este año, y pese a ello, me quedo con una sensación de gratitud por haberme sentido retada a « unir los puntos » o simplemente, dejarme llevar sin tratar de encuadrar la lectura en estructuras conocidas.

Kathryn Davis se sumerge públicamente en fragmentos de su propia vida, pero no narra una historia al uso. Esta obra está plagada de principios, de retales, de finales….no necesariamente ordenados ni conexos. Se compone, más bien, de unidades diseminadas de su propia experiencia que están llenos de vida, a los que se puede, si se desea, buscar sentido de conjunto. Duelo, memoria, transiciones, anhelos, permanencia, finitud… son algunos de los elementos que han flotado a lo largo de la lectura. En cada retal se incluye una composición asimismo aparentemente anárquica de reflexiones que es posible conectar con las propias experiencias sin que medie un proceso evidente de comprensión, pues el texto trasciende lo cotidiano, lo tangible… se eleva, de hecho, para preguntarse por el gran misterio que es la vida.

Esta es una de esas obras que rompe con las estructuras formales, quizá no del gusto de todo el mundo, pero que me interesan por su componente filosófico y porque me recuerdan que nuestro proceso de comprensión acerca de nuestra vida no es, en absoluto, lineal ni organizado y que, por tanto, todo se revive, se reexperimenta y se interpreta por capricho del dinamismo que representa nuestra propia existencia.
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