Por si las voces vuelven de Ángel Martín
El problema es que la locura consigue camuflarse con tus rutinas como un camaleón lo hace en un tronco o una piedra, y es imposible distinguir si lo que te pasa es que eres raro, estás cansado o te estás volviendo loco hasta que, de repente, pasa algo que te lleva en un segundo a cruzar alguna línea que les llame a todos la atención.
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