Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
aunque en la habitación había silencio, el silencio de medio centenar de gatos es algo peculiar, como cincuenta silencios, uno encima de otro.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
aunque en la habitación había silencio, el silencio de medio centenar de gatos es algo peculiar, como cincuenta silencios, uno encima de otro.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Las casas, al igual que las personas, tienden a volverse excéntricas si se las deja mucho tiempo solas.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Todas las noches sin falta eran llamados por la campana triste a bailar en los sombríos salones de Desesperanza.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
llevaba un vestido color tormenta, sombra y lluvia, y un collar de promesas rotas y pesadumbre.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
- Solo diré esto: otros hombres gustan de atribuir su falta de éxito a un defecto del mundo antes que a su propia falta de conocimientos...
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
... Lo que demuestra que el amor por el dinero puede convertir a una persona inteligente en un ser mezquino y ridículo.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Era una caja pequeña y alargada que parecía de plata y porcelana. Tenía un bonito color azul que no era azul exactamente, sino más bien lila. Pero tampoco era del todo lila, porque tenía un punto de gris. Para ser precisos era del color de la congoja. Pero por fortuna, ni la joven ni su tía habían sufrido grandes congojas y no reconocieron el color.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
- ¿Puede un mago matar a un hombre por arte de magia? -le preguntó lord Wellington. Strange frunció el entrecejo. Pareció que no le gustaba la pregunta. – Supongo que un mago podría -admitió-, pero un caballero, jamás. |
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Piranesi de Susanna Clarke
Quizás es lo que sucede cuando estás con otro, incluso con otros a los que puedes admirar enormemente, pero que hacen ver el Mundo de una forma en que preferirías no verlo.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Las ramas desnudas de los árboles que se recortaban en el cielo eran una escritura y, aun sin querer, él la leyó. Vio que era una pregunta que le hacían los árboles. —Sí —les respondió. |
Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Childermass era una de esas personas de incómodo trato que, por su modesta extracción, están destinadas a servir a sus superiores toda la vida, pero, por su perspicacia y habilidad, se creen merecedoras de reconocimientos y recompensas que están fuera de su alcance. De vez en cuando, por una insólita combinación de circunstancias afortunadas, esos hombres llegan a la preeminencia, pero lo habitual es que se sientan amargados por la frustración de sus aspiraciones, se dejen ganar por la desidia y desempeñen sus funciones igual —si no peor— que sus compañeros menos capaces. Se vuelven insolentes, pierden el empleo y acaban mal.
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Piranesi de Susanna Clarke
…quizás la estatua que más me gusta, se encuentra en una puerta entre la quinta y la cuarta sala del noroeste. Es la Estatua de un Fauno, una criatura mitad hombre y mitad cabra, con una cabeza de exuberantes rizos. Sonríe ligeramente y se lleva el dedo índice a los labios. Siempre he tenido la impresión de que quería decirme algo o tal vez advertirme de algo: ¡Silencio! parece decir. ¡Ten cuidado!
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