Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Era una caja pequeña y alargada que parecía de plata y porcelana. Tenía un bonito color azul que no era azul exactamente, sino más bien lila. Pero tampoco era del todo lila, porque tenía un punto de gris. Para ser precisos era del color de la congoja. Pero por fortuna, ni la joven ni su tía habían sufrido grandes congojas y no reconocieron el color.
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