La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Y solo hacía falta una excusa, una pequeña chispa que encendiera la mecha del odio latente, el que surge de creerse mejor que los demás.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Y solo hacía falta una excusa, una pequeña chispa que encendiera la mecha del odio latente, el que surge de creerse mejor que los demás.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Le parecía surrealista; abstracto como un cuadro de Dalí, donde arriba es abajo y abajo no es sino un reloj blando y derretido como su sentido de la cordura.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Ella lo había amado, y él la amaría para siempre. Y con cinco letras formadas con unas pocas hojas se lo había anunciado sin ambages.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
No quiero que me veas postrada en una cama sin poder moverme. Tienes que prometerme que me ayudarás.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Una vez llega, se queda contigo, agazapado como un ladrón que te roba los recuerdos, la vida, cuando menos te lo esperas. Que te convierte en un fantasma o, lo que es peor, que convierte a tus seres queridos en seres irreconocibles a tus ojos. Que te enfrenta a un reflejo desconocido ante el espejo. No, el alzhéimer no desaparece: te hace desaparecer.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Dejó de odiarlo. El sentimiento que apenas duró unos segundos se evaporó como un sueño al alba, como su memoria lo haría en breve.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
En ese instante lo odió. Odió al médico que tenía enfrente, a la persona que la había sentenciado.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Solo podía rendirse a la realidad. La cruda e invariable realidad que les escupía en la cara una vez más.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Pensé en una frase que había leído en uno de mis libros: «Somos la pareja perfecta en el momento equivocado».
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Era una lucha constante entre el corazón y la cabeza. Cuando ganaba la razón lo tenía claro, pero cuando era el corazón quien salía vencedor, me podían las ganas de verlo.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
La costumbre se convierte en algo natural al final, y más para una niña pequeña.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Acusó a su mujer de ser una paranoica y permitió que el amor se filtrara por la brecha de la desconfianza y el rencor, con cada uno de ellos a un lado del abismo que los separaba.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Y ese amor se desvaneció como la bruma del alba de una mañana de verano, dando paso a aquel dolor invernal ante la traición de la persona amada.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Jamás se había dado cuenta de la sensación de vacío que el silencio provocaba a su alrededor, y menos cuando ella estaba cerca.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
El sol no se tapa con dos dedos, igual que los problemas no desaparecen aunque no se encaren de frente.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
Los hijos son una proyección de nosotros mismos, una extensión de nuestros anhelos y deseos.
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La vida secreta de Sarah Brooks de Santiago Vera
En cuanto a mí, la lección que he aprendido es clara: ni todos mienten, ni todos dicen la verdad. Las apariencias no solo engañan, sino que por mucho que creas conocer a una persona, siempre hay algo más bajo la corteza. También, que nadie sabe cómo es de verdad hasta que lo ponen a prueba.
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¿Cómo se llama el barco ballenero en el que se narra la travesía?