A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
—Mel —dijo él con voz queda—, eres una auténtica misionera. —No. Sólo intento echar una mano a esa gente. —Eso es lo que hacen los misioneros. |
A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
—Mel —dijo él con voz queda—, eres una auténtica misionera. —No. Sólo intento echar una mano a esa gente. —Eso es lo que hacen los misioneros. |
A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
—Que no hagas el amor con tus problemas: nunca te dan la satisfacción que les das tú. Y que los problemas no valen ni el papel en el que están escritos, pero que aun así anotarlos puede ayudarte a resolverlos. Y que Dios te respeta cuando trabajas y te ama cuando bailas. Puede que eso último me haya metido en este lío.
|
A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
—No se puede intentar. Intentar es una lucha y hacer es una acción. El acto de intentar no se puede ver. Lo que sí se ven son los resultados de lo que se hace. Intentar produce estrés porque no sólo tienes un problema, sino que además te cargas de frustración al ver que no desaparece sólo porque tú quieras. Es como si te dicen que no pienses en elefantes rosas. Imposible. Lo que tienes que hacer es parar. Decirte a ti mismo: «Se acabó, por ahora». Irte mentalmente a otro sitio y concentrarte en una escena apacible. Respirar hondo. Relajarte. Cambiar tu estado mental. Hace falta práctica, pero con el tiempo se vuelve más fácil.
|
A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
—No eres la única que tiene preocupaciones, ¿sabes? —dijo Noah, a la defensiva. —Todo el mundo las tiene. Los ricos, tantas como los pobres. Y los sanos tantas como los enfermos. La vida está llena de ellas. Hay que aprender a tomárselas con calma, no a quedarse toda la noche en vela, dándoles vueltas. |
A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
Creo que la gente que hace daño a los niños arderá en el infierno.
|
A este lado del paraíso: Virgin river de Robyn Carr
—Perdona, pero ¿el trabajo de la ayudante de un pastor no consiste en facilitarle las cosas a su jefe? —No, Su Santidad. Consiste en ayudarlo. Y eso estoy haciendo. Y pienso seguir haciéndolo. Y estando guapa, además. Así que, ¿a qué viene ese dolor de cabeza? ¿Es que anoche bebiste más de la cuenta? —Pensé más de la cuenta, creo. |
|
|
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
Entonces, sin dar crédito, se dio cuenta de que estaba taba avergonzado porque lo habían volado por los aires. res. No tenía el más mínimo sentido, pero así era. Debería haber vuelto de Irak con algunos problemas en la cabeza, pero no ésos.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
-Mel dijo que era una cabaña encantada. Creo que tiene razón.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
Tiene demasiado amor en el corazón. razón. Sólo quiere que su gente, la gente que quiere, esté bien.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
Ese es tu defecto. Tú, que no te enamoraste moraste hasta los cuarenta años, crees que puedes arreglar las relaciones de todos.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
Eran, casi, como un escuadrón. El escuadrón de los cojos.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
Come un poco, duerme bien y mañana puedes empezar a arreglar los entuertos.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
-Me quejo de no tener el control, pero pierdo el control. No tiene sentido.
|
Paraíso soñado: Virgin river de Robyn Carr
-Presta atención, Paul. Ni siquiera he conseguido do llevarla a un restaurante de Fortuna. Me odia. Fui un caballero entonces y esta noche, pero me odia. Me llamó donante de esperma.
|
Tentacion en el viento de Robyn Carr
—Vete —ladró él—. Tómate un descanso. Te daré un grito cuando se hayan despertado. —¿Está seguro? Si la artritis y la acidez le molestan… —Tú eres lo único que me molesta —la interrumpió él—. Dile a Jack que va siendo hora de ir al río. —Está en el porche del bar probando moscas. Creo que se le ha adelantado mucho. |
Tentacion en el viento de Robyn Carr
—Los niños nunca me han dado trabajo. Es una de las cosas que mejor has hecho.
|
Tentacion en el viento de Robyn Carr
—Suerte… —No es lo que crees. —Sí es lo que creo. Estás tan entregado a esa mujer que no puedes hacer nada. Estoy deseando saber cómo acaba todo. —Yo también. |
¿Quién escribió la saga?