"Polvo en los zapatos" se abre con una cita de Claudio Magris: "La literatura, como el buitre, puede alimentarse de todo". Palabras que reflejan el espíritu del libro.
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"Polvo en los zapatos" se abre con una cita de Claudio Magris: "La literatura, como el buitre, puede alimentarse de todo". Palabras que reflejan el espíritu del libro.
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No se trata solo de un ejercicio de intertextualidad lo que ofrece este diario de Manuel Moyano, sino un tributo a la literatura como forma de vivir la inmediatez y la caducidad.
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Cuando tuve en mis manos Las aventuras del piloto Rufus, me enamoré del libro. Una impresionante portada, un libro de gran tamaño. Letras grandes; dibujos, los justos para dejar libre a la imaginación. Con un lenguaje sencillo y cuidado para todo tipo de lector. Con Rufus se vivirán cuatros aventuras: La isla de los niños perdidos. Me recordó a la isla de Peter Pan, llena de niños. ¿De dónde vendrán? Rufus, el aviador vivirá una divertida aventura con esos niños para conseguir su objetivo, ¿cuál será? La fábrica del Arcoíris. Allí conoce a Doris, una investigadora que no parece tener suerte en sus descubrimientos. Tras conocer a Rufus ve la posibilidad de iniciar una nueva investigación. Una aventura que descubrirá cosas sorprendentes relacionadas con el Arcoíris. Odisea en el planeta basura. En este momento Rufus cambia de registro, pasa de ser un aviador a un exterminador de Ratas, que junto a su amigo el Coronel Cornelius descubren toda la verdad que esconde detrás las ratas. Inquietante. La máquina de adelgazar. ¿Quién no quiere adelgazar de forma rápida? Yo misma. ¿Utilizarías un invento de Doris la investigadora? Pues, en esta ocasión se descubrirá los efectos que se producen al utilizar una máquina de adelgazar. ¿Te atreves? ¿Qué destacaría en Aventuras del piloto Rufus? En particular desearía destacar su forma de mostrar el mundo. Hay que ser feliz haciendo lo que queremos, lo que nos gusta. Se da un toque de atención en cuidar el planeta. Con cada historia hacer ver la importancia de la amistad, la lealtad, el respeto..., en fin, un sinfín de valores que todos debemos de inculcarnos para ser buenas personas. Las aventuras del piloto Rufus son más que cuatro historias. Conclusión Las aventuras del piloto Rufus en un mundo lleno de las peripecias de Rufus, que junto a otros personajes hace que el lector no quiera dejar de leer para saber cómo acabará todo. Es un libro para leer a nuestros hijos y dejar que la imaginación vuele. Me ha gustado mucho. Enlace: https://laslecturasdeisabel... + Leer más |
Bonito libro de aventuras que a los pequeños y no tan pequeños de la casa gustará seguro. Divertido y muy entretenido. Con letra grande para primeros lectores y de fácil lenguaje. . . Me ha gustado que es diferente a cualquier otro libro de aventuras que haya leído. A pesar de ser para un público infantil es interesante ver como se desarrolla y los giros y la imaginación de Rufus y del autor. . Las ilustraciones son maravillosas. |
Manuel Moyano explora con mirada sagaz y aventurera la magia de Sierra Morena en “La frontera interior”.
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Cuadros pintados con palabras a cargo de Manuel Moyano.
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Narrativa. El último libro de Manuel Moyano es un viaje en busca de las huellas que los muertos dejaron para que los vivos que tengan voluntad o ganas de escucharlos puedan volver a entrar en contacto con ellos y sorprenderse de sus hazañas y de sus palabras.
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«Un juez puede ser más vil que el hombre al que ahorca». G. K. Chesterton Es muy fácil confundir venganza con justicia. Ya lo planteaba Nietzsche en su Genealogía de la Moral. Creamos leyes que pretenden ser ecuánimes, que supuestamente protegerán al agredido del agresor o le compensarán por el daño sufrido. Nos autoengañamos. Necesitamos mentirnos a nosotros mismos para sentir seguridad, para no temer a los demás, o para contener nuestros deseos e impulsos más primarios. La justicia es un constructo subjetivo derivado de la moral. Prueba de ello es que no se tiene el mismo concepto de lo que es legal, alegal, o ilegal, en distintas partes del planeta. Sin embargo, no nos detenemos demasiado a pensar en estos temas y damos por bueno el criterio de los legisladores que han de saber más que nosotros. Seguimos adelante confiando en que nada pase o, en que si pasa, el sistema judicial nos devuelva la paz. Como decíamos antes, nos autoengañamos. Si bien la elaboración de las leyes es demasiado generalista y dependiente de unos criterios éticos que no tenemos por qué compartir al 100%, su aplicación está condicionada en grado sumo por la pericia de los letrados y, sobre todo, de la interpretación subjetiva que haga el juez. Cuando nos sentimos víctimas queremos venganza. Queremos que quien nos dañó, pague. No importa si dicho daño fue intencionado ni tampoco que el precio que se le haga pagar no nos devuelva aquello que nos quitó. Tendemos a pensar que una condena nos devolverá, como mínimo, la paz. Pero no es así. Esperamos que la sentencia del tribunal se ajuste a nuestras necesidades, y esto rara vez ocurre. Porque todo es insuficiente cuando nos dominan la rabia y el dolor. ¿Quién no ha deseado ser el ejecutor de su propia venganza? ¿Quién no ha sentido, cuando el sistema judicial no ha estado a la altura de lo que esperábamos, que ese era el único camino para alcanzar la calma tras la tormenta? Pero, aún en el caso de considerarnos víctimas, ¿Qué o quién nos confiere autoridad y capacidad para valorar los motivos y actos de los demás? ¿No es nuestra visión también subjetiva? Cada uno ha de encontrar sus propias respuestas a estas cuestiones, y no es fácil. Menos aún hacerlo con honestidad. A día de hoy, casi todo el mundo es capaz de crear discursos filosóficos y morales “a medida” que avalen sus intereses. O, al menos, de buscar algún ejemplo en el pasado en el que apoyarse para ejercer la Ley del Talión. Entonces, cuando sintamos que nada ni nadie nos protege, ¿Qué impedirá que nos convirtamos a un tiempo en juez, jurado y ejecutor? Ulises Roma, o quien se oculta bajo ese seudónimo, es el protagonista y narrador de esta novela. Un antihéroe que ha perdido a quien más quería y que, sin demasiados motivos para vivir, decide arrojarse a una espiral de autodestrucción a través del alcoholismo. Sin embargo, su carácter antisocial y misántropo no es fruto de su necesidad de venganza. Es la consecuencia de su dolor. Un inesperado giro del destino le hace poseedor de una extraña agenda negra y, a través de ella, entra en contacto con un curioso grupo de vengadores que ven en él a un potencial miembro de su hermandad. La agenda negra es una novela fresca y original que se mueve dentro de los cánones de género negro, pero sin caer en ninguno de sus tópicos. Sus personajes, cuasi cinematográficos, hipnotizan al lector y sustentan una trama sencilla, pero muy bien tratada. Y su agilidad y falta de pretenciosidad divierten y dan mucho en que pensar. Manuel Moyano es uno de los mejores escritores de este país. Está por encima de muchos autores de reconocido prestigio, y esto lo digo sin ningún pudor. Un contador de historias que siempre sabe lo que quiere narrar y lo hace con un lenguaje pulcro y preciso. Que huye de pedanterías y vacuos adornos, y que merece mucha más relevancia en el panorama literario español de la que se le concede. Y La agenda negra, si bien no es tan original (ni en el fondo ni en la forma) como El Imperio de Yegorov (con la que fue finalista del Premio Herralde), es una de sus creaciones más notables. Además, la edición de Pez de Plata con ilustraciones de Enrique Oria, es una auténtica gozada. ¿Qué recordáis del Código de Hammurabbi? ¿Creéis que aún es aplicable? Abrid esta agenda y uníos al extraño grupo del Doctor Gilabert. Conoceréis sus historias personales y podréis decidir si son unos héroes o unos dementes. Acompañad también a Ulises Roma y sufrid por sus decisiones, casi todas erróneas. Decidid quién vive y quién muere y no le tengáis miedo a nada. Pero cuidado, de esta aventura es muy difícil salir sin mancharse de sangre. Enlace: https://elyunquedehefesto.bl.. + Leer más |
El imperio de Yegorov es una novela extraña. Dividida en tres partes: pasado, presente y futuro, que se corresponden con los apartados presentación, desarrollo y final. Asimismo las partes están encabezadas por un personaje diferente, modelos de la ciencia, el arte y lo colectivo de la sociedad. El pasado tiene como protagonista a un antropólogo, el presente a un poeta y el futuro a un periodista fotógrafo. Cada uno a su vez expone su propio comienzo en la implicación de la trama, cómo actúa en esa historia y su desaparición. Es una estructura perfectamente tripartita que, sin embargo, configura un contrasentido alarmante, pues conforme vamos llegando al futuro vemos, inquietos, nuestro propio presente. Y es en este punto donde se activa en la mente una alarma que nos hace conscientes de hasta dónde podemos llegar para mantener una posición social y económica acomodadas; estamos dispuestos a sacrificar la libertad a cambio de que los demás nos muestren una fingida admiración. Somos esclavos de una falsa apariencia. Queremos desafiar al paso del tiempo a costa de sacrificios diarios ineludibles, «no puedo pasar un solo día sin tomar la mierda esa de la elatrina […] cerramos todos los bares […] Ni acordarme de las píldoras, palabra… Consecuencia: el lunes amanecí con el vientre hinchado y un dolor tremendo por todo el cuerpo». La disposición de la novela es caótica y bastante atractiva; configurada con páginas de diarios, cartas postales, telegramas, correos electrónicos, informes de detectives, noticias de prensa, entrevistas grabadas y periodísticas, informes forenses, testamentos, SMS, conversaciones telefónicas, prospectos médicos, paquetes postales con restos humanos, comentarios de un blog… Todos estos fragmentos se van posando en la conciencia del lector hasta que lo encaja, poco a poco, perfectamente. Al principio de la lectura puede surgir cierto desconcierto pero en ningún momento nos sentimos despistados, al contrario, sospechamos que somos parte de esa historia ocurrida en el siglo XX, o aún por suceder en el XXI, porque el caos presentado no es sino reflejo del mundo que hemos construido, un mundo cruel que contrasta con las formas políticamente correctas y la frialdad de las buenas maneras. Un mundo en el que la inmediatez de los hechos les resta trascendencia y al mismo tiempo nos deshumaniza. Nasser dijo… ¿Tiene usted miedo? […] Se suicidará o esperará a morir cuando el parásito ponga sus huevos? 13 de julio de 2042 01:44 a.m. Júpiter dijo… ¿Sigues ahí, Anónimo? 13 de julio de 2042 01:55 a.m. Júpiter dijo… ¿Sigues ahí, Anónimo? 13 de julio de 2042 02:09 a.m. Manuel Moyano, haciendo uso de un humor absolutamente sobrecogedor, acentúa las normas de cortesía para resaltar la ironía, el sarcasmo o el sadismo de determinadas situaciones, «Para que tenga una prueba palpable, me ha rogado que le envíe en este mismo paquete el meñique izquierdo de la señora Sasaki». Inquieta ser testigo de cómo hemos evolucionado, «Parece que Cuballó, tras su experiencia con los hamulai hace diecisiete años, renunció a toda posibilidad de evangelizarlos […] puesto que su adscripción al género humano le parece más que dudosa». Si antes contrariaba comprobar cómo los pertenecientes a algunas tribus ancestrales, que aun hoy se han mantenido al margen del progreso, podían convivir totalmente desnudos, ahora encontramos aceptable mantener la belleza a costa de la vida de otros seres, o no lo aceptamos pero miramos hacia otro lado. Todos los personajes (y son numerosos) están bien definidos con pocas pinceladas. Puede que no sepamos cómo piensan exactamente en un principio pero con las reapariciones esporádicas aumentan la tensión del lector, pues al representar a ciertos modelos sociales como periodistas, detectives, científicos, policías, artistas, políticos… intuimos que forman parte de nuestras vidas. Esto es lo más inquietante, estamos acomodados en nuestro espacio seguro viendo venir un futuro distópico al que tememos aunque nos atrae, porque pensamos que somos parte de los privilegiados. A lo largo de la Historia, la humanidad ha buscado constantemente el elixir de la juventud, Manuel Moyano lo encuentra en su novela con consecuencias totalmente desastrosas, pues nos hace ver que la vida eterna implicaría la desaparición del ser humano. El imperio de Yegorov expone un futuro de ciencia ficción, imaginario, y sin embargo nos acercamos peligrosamente a él, «¿cómo te explicas si no que Mick siga dando conciertos con más de ochenta años?». Solo unos pocos acomodados (cada vez más) consiguen alargar increíblemente la juventud mediante operaciones y buenos y carísimos tratamientos. Y son muchos los que los imitan con resultados esperpénticos, «Repito: ADULTERADA. Eso quiere decir que la concentración no es la adecuada y que probablemente no tendrá efecto sobre el Yashirum». Sólo unos pocos satisfacen sus deseos de bienestar sin importarles lo que les ocurra a otras personas (a las que nadie buscará tras su desaparición). Y son muchos los que miran (miramos) a otro lado al utilizar ciertos objetos, prendas de vestir o tratamientos médicos de procedencia dudosa, porque lo único importante es que son necesarios en ese momento, o simplemente se desean porque a quien los posee le confieren la cualidad de ser admirados. En muchos casos se equivocan (nos equivocamos). El autor plantea un mundo no tan lejano ni tan ficticio, donde no existe la superación personal, solo el afán de poder, el enriquecimiento material y la asunción de la belleza absoluta; donde los seres humanos no son del todo humanos y empiezan a arrepentirse de la conseguida vida eterna al darse cuenta de que se deben a las exigencias de quien lo controla todo. La novela es una pesadilla de la que no podemos salir porque estamos dentro, estamos supeditados a ella aunque no nos demos cuenta «¿no hace tiempo que deberíais estar muertos, bien muertos y enterrados? Decidnos ¿Con quién habéis firmado vuestra alianza?». Formamos parte de esta trama interesante que encarna una sátira de la sociedad a la que pertenecemos. Manuel Moyano ha escrito una novela mezcla de ciencia ficción, aventuras, policíaca, psicológica con la que desmonta el mito de la inmortalidad a través de la ironía y el sarcasmo «En absoluto. No he pisado un quirófano en toda mi vida […] alimentación adecuada […] deporte […] Llevar, en definitiva, una vida sana». La novela es una crítica a nuestra manera de ser, a cómo hoy entendemos la vida. Una recriminación que conlleva un castigo eterno en este caos invasor que hemos hecho habitable. Paradójicamente, una vez que consigamos detener el tiempo añoraremos la fugacidad de la vida. Moyano nos avisa de un futuro catastrófico, fruto del capitalismo, el totalitarismo y el control social. Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
Libro de aventuras correcto. Muy rápido de leer y bien escrito, aunque quizás el lenguaje empleado a veces chirríe un poco con la historia; es demasiado recargado para la época en que se sitúa cronológicamente. Por otra parte, me recuerda demasiado a Sánchez Piñol. A ratos parece un cruce entre La pell freda y Pandora al Congo. |
Es mágico. Es difícil. Es profundo. Te absorbe.
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Manuel Moyano firma 'El abismo verde', una estupenda novela sobre una expedición al corazón de la Amazonía.
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¿En qué año se publicó?