Toda la soledad del centro de la Tierra de Luis Jorge Boone
El filo siempre tiene hambre, se come la madera, devora los recuerdos, los quiebra en pedazos más pequeños, hasta que no son nada. Eso es el olvido.
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Toda la soledad del centro de la Tierra de Luis Jorge Boone
El filo siempre tiene hambre, se come la madera, devora los recuerdos, los quiebra en pedazos más pequeños, hasta que no son nada. Eso es el olvido.
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Toda la soledad del centro de la Tierra de Luis Jorge Boone
Decía todas esas cosas, creo yo, a la distancia, cuando a la vida se le secan los colores y se vuelve un puro sufrimiento al que le salen cada día más ramas, tanas que tapan al sol y dan una sombra que nunca se termina. Cuando a nadie le queda nada más que dolor.
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Toda la soledad del centro de la Tierra de Luis Jorge Boone
Delante de nosotros van nuestros fantasmas. Caminan con pasitos quietos, casi no se mueven, o es el mundo el que gira ya sin ellos. Son una plegaria, una oración a un dios que ya se cansó de oírnos, una pesadilla que casi tocamos, que se nos acerca mucho, mucho, con los ojos cerrados, y los abre y despertamos. |
¿Con qué frase empieza esta novela?