Tiempo de tinta y ceniza de Lidia Herbada
En todas las familias se guardan secretos que se van escondiendo de generación en generación, resulta más cómodo callar. Hablarlos en la mesa supone remover el pasado, y eso no es práctico para nadie. Guardar secretos de alguien al que amas es uno de los actos más generosos que hay en la vida, porque salvaguardas a esa persona ante los ojos críticos y despiadados del mundo
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