La eterna complaciente de Lidia Herbada
Tú, tierra segura y firme, no oigas mis pasos ni adónde caminan, por temor a que hasta tus piedras charlen hasta mi paradero.
|
La eterna complaciente de Lidia Herbada
Tú, tierra segura y firme, no oigas mis pasos ni adónde caminan, por temor a que hasta tus piedras charlen hasta mi paradero.
|